Tras la lente de un atrevido

Esta semana 360 Grados Press descubre a una de las eminencias del reporterismo español del siglo XX, prácticamente desconocido para el gran público del país que le vio nacer, que supo encontrar la noticia allá donde los demás todavía no habían llegado: Enrique Meneses.

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Con discreción y disimulo ha pasado por las grandes cabeceras españolas del siglo XX y por la mirada de los lectores el periodista y fotógrafo Enrique Meneses. El que fuera publicado en diversos medios de América Latina y Egipto, corresponsal en la Guerra del Canal de Suez, el conflicto de los Balcanes, la India, Oriente Medio y la Cuba revolucionaria del Ché Guevara para Paris Match, y un todoterreno del fotoperiodismo que cubrió los grandes acontecimientos de su época, en España era prácticamente un desconocido para el gran público.

 

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El periodista de vocación que con tan solo 17 años se lanzó a la tierra batida del ruedo en el que murió Manolete para cubrir la noticia cuando otros todavía ni la habían olido está siendo objeto de sorpresa y de análisis a través de los ojos del espectador en la Sala Canal Isabel II de Madrid en una exposición que recoge a personajes que han marcado, fuera de la rigidez del posado. “Miralles fue un profesional de la información intuitivo, atrevido, ausente, que captaba la esencia de sus retratados sin provocar la mirada, sin preocuparse por la técnica, pero sí por la calidad periodística“, asegura el fotógrafo y comisario de la muestra Chema Conesa.

 

Hasta el 16 de julio los asistentes al espacio de la calle Santa Engracia podrán hacer un recorrido en 90 fotografías en blanco y negro por los hitos y los personajes más importantes de nuestra historia reciente a través de la lente de uno de esos reporteros que cumplían con su objetivo de 50mm a pies juntillas lo que Robert Capa quería decir cuando espetó aquello de “si tus fotografías no son lo suficientemente buenas es porque no estás lo suficientemente cerca“.

 

Meneses sí que lo estuvo (y mucho) de los rebeldes cubanos en Sierra Maestra, cuyas fotografías resultantes constituyeron una exclusiva mundial; de los actores principales de las grandes bodas reales como la de don Juan Carlos y doña Sofía y la de Balduino y Fabiola de Bélgica; de los ciudadanos afroamericanos que lucharon por la igualdad alentados por el mítico “I have a dream” de Martin Luther King, acontecimiento del que el fotógrafo fue el único testigo español; y del ex presidente de Estados Unidos John F. Kennedy y su esposa en su periplo por Europa.

 

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También supo extraer a través de su cámara el lado más informal y distendido, la mirada más natural y fuera de artificios de grandes personalidades del mundo de la cultura como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Henry Fonda, Peter O’Toole o Luis Miguel Dominguín. Escuchó el Blowing in the wind de Bob Dylan en el Lincoln Memorial de Washington, acompañó el féretro del Aga Khan al mausoleo de Asuán y entrevistó, entre otros muchos, al Shah de Persia y a Hussein de Jordania.

 

Crisis del periodismo frente a la pureza del reportero de antaño

Un fotoperiodista de los que ya no quedan, ya sea por voluntad propia o por el estrangulamiento económico y de movilidad de los medios para los que trabajan en el país (España) que se encuentra penúltimo de Europa en lectura de libros y de diarios, según la OCDE. “En el periodismo actual se incide en el error de querer publicar lo más barato posible y así hemos llegado a la mediatización de la anécdota que oculta la realidad y las historias que realmente deben interesar a la sociedad“, afirma Conesa.

 

Un reportero con olfato periodístico y un compromiso con su oficio que le hacía enfadarse con aquellos que desarrollaban mal su trabajo. “Meneses no obtuvo reconocimientos en España porque no buscaba el despacho confortable ni el cargo directivo que otros muchos sí, sino oír y dar voz a las historias de relevancia para construir y reivindicar una profesión que le apasionaba“, concluye el comisario.

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