Sin ambages, cual leona dispuesta a disparar opiniones y reflexiones sin censuras a diestro y siniestro se presenta la actriz y directora Antonia San Juan en su ciclo de espectáculos unipersonales, en los que ella se lo guisa y se lo come, y viste hoy las tablas con Mi lucha.
Ya sea como la transexual Agrado que ofrecía el brillante medio tiempo sobre las tablas a la oscarizada Todo sobre mi madre o como la estridente y farandulera Estela Reynolds en la exitosa serie La que se avecina, lo cierto es que es imposible pasar por alto la fuerte presencia de la actriz Antonia San Juan (@antoniasanjua) en los escenarios. Actualmente recorre los teatros de toda España con Mi lucha, su cuarto espectáculo unipersonal en el que, además de dirigir, recoge textos propios y de otros guionistas afines a su estilo salvaje, desenfadado y sin un solo tapujo.
¿Qué quieres contarle al mundo en “Mi lucha”?
Yo no hago humor blanco y remover al espectador sigue siendo mi manera de hacer espectáculos. El que quiera se va a reír y el que quiera va a encontrar mala hostia. Es una declaración de intenciones en la que hablo de la soledad, el amor, la enfermedad, la muerte, la educación familiar, el machismo, el maltrato, la soledad o el amor, que te llevan de los momentos dolorosos a los más entrañables. En la obra yo me lo guiso y yo me lo como, aunque me gustaría que me llegara algún proyecto más además de lo que yo hago.
¿En qué momento se encendió la chispa de la actuación en tu vida?
Yo creo que nací con la chispa de la actuación. Comencé haciendo monólogos en bares y teatro en la Facultad de Filología Hispánica con Consuelo Recio.
¿Qué aporta a una actriz el trabajo sobre las tablas de un teatro frente al cine o a la televisión?
El teatro es un salto sin red. Estás tú sola allí. Para mí ha sido mi gran escuela, mi marido, mi única seguridad frente al cine o a la televisión.
¿Qué te ha dado y qué te ha quitado Estela Reynolds a nivel profesional?
Me ha dado mucha popularidad y no me ha quitado nada.
Tocas la actuación, pero también el diseño, la pintura y la poesía. ¿La expresión artística entiende de barreras?
No, pero estas son disciplinas que me divierten, nada más. Es una forma de expresión, cosas que me gusta hacer en mi tiempo libre, pero mi carrera o mi camino no es ese, sino la actuación y la dirección.
¿Qué mensaje les darías a todos esos jóvenes actores y actrices que luchan por hacerse un hueco en la profesión? ¿Merece la pena?
Para mí claro que ha merecido la pena. Les aconsejo que luchen por sus sueños, porque estos se convierten en realidad. Pero hay que dedicar mucho esfuerzo y luchar por lo que uno quiere en la vida. Si los sueños no se cumplen se acaban convirtiendo en frustraciones.
¿Hay otros proyectos a la vista?
Siempre hay otros proyectos a la vista. Ahora, escribir y dirigir mi tercer largometraje y estrenar un nuevo corto, Los frecuentadores.