“Mi personalidad va muy unida a la comedia”

La conocimos como la inocente Lourditas en la exitosa ‘Los Serrano’ y desde entonces ha cambiado de rol radicalmente para interpretar a una ex abogada alcohólica o a una mujer de clase media que emigra a Alemania, sin perder su vis cómica. Ahora hace un giro de 360º para dar vida a una de las mujeres más glamurosas del Hollywood de los años 30, Joan Crawford.

La actriz Joan Crawford dijo una vez: “creo que la cosa más importante que una mujer puede tener, junto al talento, es su peluquero“. Una gran frase para uno de los personajes más bellos y glamurosos del cine de Hollywood de los años 30 y 40, que estos días ‘vuelve a la vida’ de la mano de la homónima bilbaína Goizalde Núñez (@GoizaldeNunez) en Bette & Joan, una obra teatral dirigida por Carlos Aladro, en la que se muestran las rencillas de camerino entre la intérprete americana y la oscarizada Bette Davis (Yolanda Arestegui).

Sobre las tablas encontramos a una Núñez bella, glamurosa y muy diva que se aleja del papel de la angelical Lourditas que le dio la fama en la exitosa serie Los Serrano, que sigue recordando con mucho cariño.

Actúas desde muy joven. ¿Te viene de familia?

Desde pequeña he tenido el gusanillo de actuar desde casa, pero no me dedicaba a ello profesionalmente. Me viene de mi padre, a quien le gustaba mucho interpretar y el humor. Mi primera audición fue ya en Madrid cuando me decidí a estudiar interpretación a los 18 años.

Te fuiste a Madrid desde Bilbao, tu ciudad natal, donde las oportunidades no serían muchas para dedicarse a ser actriz, ¿verdad?

A un compañero y a mí nos parecía todo poco en Bilbao, ya que éramos jóvenes, teníamos mucha energía y estudiábamos en dos escuelas a la vez. Hice algo de teatro de calle y algún espectáculo, pero fue una directora de castin la que me recomendó que estudiara en la capital, donde había muchas más oportunidades. Me habló del Laboratorio William Layton, que fue donde me preparé más a fondo.

¿Qué te aporta tu profesión?

Me hace muy feliz, aunque me da muchos quebraderos de cabeza a la hora de pensar en mantenerte, sobre todo, cuando ya tienes familia e hipotecas. Me da mucha satisfacción, principalmente, el teatro, los espectáculos en directo en general. Es una profesión llena de sorpresas, ya que cuando entras en un proyecto nunca sabes a dónde te va a llevar, la gente que vas a conocer.

Has tocado cine, televisión y teatro. ¿Qué te da cada medio?

Me gustaría hacer más cine, pero lo más gratificante es el teatro, aunque no te dé tanta popularidad como la televisión, por ejemplo, ni trascienda tanto. En escena desarrollas un personaje de principio a fin, respiras con el público, hay una comunión con él. En el cine estás más centrado en la cámara, aunque el resultado sea también para el espectador.

Y habiéndote hecho tan conocida en toda España, gracias a la televisión, acabas viviendo en un pueblo pequeño, cerca de Madrid, llamado Tetulcia, en lugar de en el centro de la capital. ¿A qué se debió esa decisión?

Madrid me gusta mucho, ya que es una ciudad muy viva y cultural, pero desde pequeña he pasado muy buenos momentos en el caserío de mi madre, en el campo, y siempre quise vivir en un entorno similar que no estuviera demasiado lejos del centro. Y ya con mi hijo, inconscientemente acabé en el campo para que me niño se criara entre árboles y pudiera tirar piedras al río.

¿Qué le debes a una serie tan memorable como Los Serrano?

La televisión te mete en las casas de la gente casi sin pedir permiso y, de repente, cobras una relevancia pública impagable, porque la gente te conoce, te muestra cariño y te da la posibilidad de hacer otros trabajos. Le debo mucho.

Y también te dio a conocer en tu vis cómica. ¿Es un registro en el que te sientes cómoda?

Sí, hay algo con lo que uno nace y mi personalidad va muy unida a la comedia. Me siento muy cómoda en ella, aunque también me gusta el drama. La comedia y el humor son un buen comodín para afrontar realidades duras que te pasan en la vida.

En Bette & Joan interpretas a una actriz tan versátil como Joan Crawford. ¿Qué te apasiona de este personaje?

Es un placer interpretarla junto a Yolanda Arestegui y estamos viajando por los teatros con estas dos ‘chaladas’, estos dos personajes que si no te los ofrecen en época de estudios para mejorar es muy difícil interpretarlos en tu carrera. Al principio lo vi como un susto, porque era una diva, bellísima, con mucho poder en los años 20, de la que me veo muy alejada, aunque al final me he dado cuenta de que yo también tengo mi glamur.

Y la caracterización está muy lograda.

Sí, ya le he perdido un poco de miedo y de vergüenza. Intento no hacer una imitación de ella, sino de proceder a nivel ‘meta teatral’, de teatro dentro del teatro, y convertirla en un personaje a través de mis experiencias como actriz para reivindicar la edad, como hace ella, siendo mujer. Es un personaje apasionante, con cambios muy intensos. Impone mucho, pero también atrae y requiere de mucha implicación.

¿Tienes otros proyectos en marcha?

Además del estreno en el cine de Villaviciosa de al lado, que cuenta con una cuadrilla de cómicos estupenda, nos gustaría que Bette & Joan fuera muy longeva y que nos siga dando tantas alegrías.

David Casas