Il Barbiere di Siviglia, como Rossini nunca imaginó

Si Gioachino Rossini levantara la cabeza, se le quedarían los ojos como platos. Su ópera Il Babiere di Siviglia llega al Palau de Les Arts de Valencia enmarcada en un decorado moderno y actual en el que no faltan, entre otras cosas, móviles, una Harley Davidson y un poco de publicidad con un póster-anuncio de esa marca que nos recuerda constantemente que no somos tontos. Una versión arriesgada que, teniendo en cuenta los decibelios alcanzados con los aplausos al final de la obra (y durante ella), gustó -y mucho- al público valenciano que acudió al ensayo general.

Allevantar el telón y ver el decorado -con dos impresionantes edificios quesimulan una calle cualquiera, con su chiringuito, su coche mal aparcado y sustranseúntes vestidos como cualquiera de los que estábamos en el público- unaduda de si ha venido a ver una ópera o un musical. He de reconocer que laprimera sensación que tuve fue de decepción (no soy muy fan de estosexperimentos artísticos) pero a medida que iba avanzando la obra, me conquistópor completo.

La música, bajo la batuta del joven director OmerMeis Wellber, y los actores principales, entre ellos la valenciana SilviaVázquez encarnando a Rosina, brillaron con su actuación pero sin duda elprotagonista de la velada fue la escenografía y en especial el edifico centralde ésta: una fachada de tres pisos, con sus correspondientes balcones yventanas, que gira sobre sí misma para mostrar, a un espectador boquiabierto,lo que sucede detrás de esas paredes. En cuestión de segundos queda aldescubierto la vida que transcurre en la cocina, el comedor, la portería deledificio, en la azotea… Es como sumergirse en la 13, Rue del Percebede Francisco Ibañez.Mientras los protagonistas se declaran amor en una estancia, la vecina planchala ropa y el portero descansa aburrido. A lo largo de la obra el edificio davueltas sobre sí mismo para descubrir o esconder la vida de los protagonistassiguiendo las exigencias del guión.

Esta versión fresca y dinámica es producción deDamiano Michieletto y es el cuarto montaje presentado en el Palau de les Artstras La scala di seta, L’italiana in Algeri, ambas de Rossini,y L’elisir d’amore,de Donizetti. El estreno será el jueves 28 de febrero y podrá verse los días 3,6, 9, 12, 15 de marzo.

Il Babiere de Siviglia convence y hace reir a un público que se sorprenderá gracias a unospersonajes totalmente actualizados, como un Fígaro que bien hace de barbero,que de peluquero o esteticién, o una Rosina adolescente y ‘chisposa’ que decorasu cuarto con un póster de Antonio Banderas en sus tiempos mozos. Una versiónmoderna y divertida de un Barbiere di Siviglia, que Rossini nuncaimaginó.

@MiriamReyes

Miriam Reyes