Anabel Alonso no defrauda en las distancias cortas, ni mucho menos: es tan resuelta y jovial como parece en sus trabajos de interpretación. Quizá, por eso mismo la comedia es su género por excelencia. Y, lejos de lo que muchos puedan pensar, este registro no le cansa. Actualmente, se encuentra en activo con Lastres, una obra escrita por su compañero de profesión Jorge Roelas en la que comparte reparto con Ana Fernández y Marta Belenguer. Recién iniciada la tournée por España, en 360 Grados Press hemos tenido oportunidad de hablar con ella.
Comenzamoscon la que, quizá, sea la pregunta más recurrente de estagira. Más allá de losque muestras con tu personaje sobre el escenario, ¿cuáles son los lastres deAnabel Alonso?
Sí que es verdad que ya me lo han preguntado más de una vez.Soy mucho menos reflexiva que mi personaje en este sentido. Los lastres vanunidos a las miserias de cada uno, así que cuesta mucho decírtelos a ti mismoy, sobre todo, decírselos a los demás. He de reconocer que tengo muchos, perono me gustaría que la gente sepa tanto de mí.
Apenas lleváis un parde semanas en marcha con esta obra, pero las críticas no se han hecho esperar.Algunas han apuntado que es salvaje o extrema en sentido negativo. ¿Cómodefenderías el trabajo ante estas voces?
Lastres no se trata de una comedia al uso.La comedia es un género con muchos estilos. En este caso, nos hemos inclinadopor un enfoque más extremo y a mí me parece correcto. Hay un punto entregrotesco y salvaje que es justamente el aspecto que más me atrae y el riesgoque más me gusta. Indudablemente, lo que dice un crítico es una opiniónpersonal como la tuya, la mía o la de cualquiera. Entonces, tampoco le doy unvalor más allá de eso mismo, una opinión personal.
Tu última vez sobrelas tablas fue con Sexos, estrenadaen 2009. ¿Te picaba el gusanito del teatro?
La verdad es que sí. Cuando acabé con Sexos, que llevábamos dos años, pensé en darme un tiempo, porque elteatro es muy exigente a nivel físico por la gira. Pero al pasar un año notéque ya tenía las pilas puestas y me apetecía volver otra vez. Con esta funcióny estas compañeras, además, vino todo como rodado.
A pesar de esaexigencia, ¿qué tiene el teatro que a todos los intérpretes os engancha?
El modo de abordar el trabajo es muy distinto. Tienes tusdos meses de ensayos, así que puedes conocer muy bien el texto y lospersonajes. Además, cuando sales a escena tienes el contacto del público. Y lafunción no se acaba en el estreno, sino que casi empieza ahí. Hasta que se bajapor última vez el telón, después de cientos de funciones, sigues creciendo ydisfrutando. Eso es lo que me gusta del teatro, que nunca se acaba de hacer.Por el contrario, cuando haces una serie o una película, se pasa a otra cosa encuanto hay una buena toma.
Tu nombre se relacionadirectamente con la comedia. ¿Cómo llevas la fama en este sentido: te tomas lavida con el buen humor que se te presupone?
En general, sí. Evidentemente, soy un ser humano y tengotemporadas o días malos en que me pongo la gorra y las gafas y no saludo anadie. Pero, en general, tengo bastante humor y soy bastante optimista. Eso sí,cuando uno se pone de cara al público siempre exagera algunos rasgos y, máscuando se trata de comedia, se acentúa alguna parte. Pero sí que es verdad quehay una parte mía muy así.
¿Por qué crees que lamujer en comedia no es un perfil tan habitual como otros en la escena española?
A veces lo he pensado y creo que es una cuestión como depudor, porque para ser cómica no debes tener ningún sentido del ridículo. Creoque igual eso ha podido mucho en la mujer, al menos hasta ahora, porque elhumor consiste en ponerse en evidencia constantemente.
¿Qué papel estájugando eso mismo, el humor, en estos tiempos?
Diría que el humor es la tabla de salvación ahora mismo. Si actualmenteabordas un proyecto en teatro, tiene que ser comedia y de pocos personajes paraque el producto funcione y sea rentable. Y el humor es lo que más demandatiene, ya que el drama lo tienes nada más encender la tele en cualquier formatoo país, especialmente en el nuestro.
Parece una pregunta casiobligada: ¿no te gustaría probar otros registros más allá de la comedia?
Sí, sí que me gustaría, pero no es algo que me quite elsueño o me obsesione. Yo me divierto mucho haciendo comedia y también sé que enel teatro, cuando tienes una trayectoria y eres una cara más o menos conocida,puedes generar un proyecto. Quiero decir, a lo mejor dentro de cinco años meplanteo hacer Lady Macbeth y, aunque no esté totalmente en mi mano, podría ir apor ese objetivo. Indudablemente, en cine y televisión estás a expensas de loque te propongan, pero en teatro no tanto. Además, a veces pienso en estar seismeses haciendo una función diaria de un dramón en el que te dejas la vida. Lohe hablado muchas veces con Lola Herrera y sé que es bien duro. Quizá, en esesentido es mejor una comedia, porque se divierte la gente y te diviertes tú.
En el caso de Lastres, como en alguno anterior, nosolo te has implicado en la interpretación, sino también en la producción delproyecto. ¿Una decisión arriesgada en la presente coyuntura?
Sí, pero también pienso “si alguien va a apostar por mí, ¿porqué no voy a apostar yo por él?”. Ahora estamos constreñidos a una serie delimitaciones por las circunstancias pero, por lo demás, creo que es el momentode arriesgarse y de apostar. La fórmula del éxito nunca se tiene, pero siconfías en el producto, puede funcionar.
Aparte del teatro, la televisiónes un medio que conoces muy bien desde dentro como actriz y como presentadora.¿Qué opinión te merece la actual oferta de ficción?
En cuestión de ficción hay algo que me fastidia: las seriesamericanas se admiran, pero aquí se quiere producir algo semejante con unospresupuestos exiguos, por lo que es como si no evolucionásemos nunca. Creo queeso está haciendo que nos estanquemos. Hubo un momento de series másambiciosas, con una factura más grande, pero ahora estamos volviendo a laspequeñeces. Y no sé si esto es positivo. Es como dar pasos atrás. Tambiénsucede que a los guionistas no se les valora lo suficiente. Son los grandesmaltratados. Por ejemplo, Modern Familyes una serie relativamente modesta, pero con muy buenos guiones. Eso y buenosactores son los grandes ingredientes para sacar algo adelante.
¿Y los programas?
En este sentido sucede que, cuando se trata de unatelevisión comercial, tienes que llegar a la mayor audiencia posible. Aquí setrata de coger el mayor trozo de pastel para los anunciantes. Es la oferta y lademanda. A mí me gustan más unas cosas que otras, pero tampoco puedes decirnada. Esto es el mercado.
Cambiando totalmentede tercio, algo curioso de ti es que estudiaste turismo para complacer a tuspadres, pero siempre supiste que la interpretación era tu vocación. ¿Hanperdido esas reticencias iniciales a lo largo de los años?
(Risas) Afortunadamente, las perdieron. Vieron que lo teníamuy claro, que podía salir adelante con la interpretación y enseguida aparcaronque me dedicara a algo más convencional para ellos.
Para terminar, ¿quésueño profesional tienes por cumplir?
Hay muchos. Es lo bueno que tiene este trabajo. Con la edad,algunos personajes se te cierran, pero se abren otros nuevos. Así que me quedanmuchas cosas por hacer. No he hecho revista, ni teatro clásico, ni acción, niterror
Por suerte, tengo muchas espinitas.
Lastres se puede ver en el Teatro Olympia de Valencia hasta el 10 de febrero de 2013
Laura Bellver