“Como actriz siempre quiero ser la mejor”

Su casi metro ochenta y su melena rizada pelirroja no dejaron indiferente a nadie a su llegada a La que se avecina, pero, sobre todo, la actriz Cristina Castaño pudo deslumbrar a los telespectadores con un talento y una capacidad para la comedia que no muchos actores y actrices poseen. Un don que suma actualmente sobre las tablas al canto, al baile y a la auto exigencia para su papel de la mítica Sally Bowles, que encumbró a Liza Minelli en los años 70, en Cabaret, el musical de Broadway, que gira por los teatros de España con el éxito de la crítica y el aplauso del público.

Aunque los más avispados y seguidores de su carrera pudieron descubrirla hablando gallego en la serie Pratos combinados, no fue hasta su llegada a Al salir de clase cuando la altura (tanto como actriz como físicamente, ya que roza el metro ochenta) y la melena rizada y pelirroja de Cristina Castaño (@cristinacastano) deslumbraron al público y confirmaron al instante su enorme talento para la comedia y para el drama, géneros en los que se ha desenvuelto cómodamente en sus dos décadas de duro trabajo y de búsqueda de la perfección en su profesión.

Con la exitosa La que se avecina le llegó el éxito deseado al interpretar el papel de la psicóloga maniática, alocada e independiente Judith, que le ha acompañado durante siete temporadas. Y ahora disfruta, subido un peldaño más en el camino del triunfo como actriz, de unos meses dulces gracias a Sally Bowles, su protagónico en Cabaret, el musical, que está girando por toda España y recibiendo elogios tanto del público como de la crítica.

¿Estás contenta con el éxito que está teniendo vuestro Cabaret?

Por supuesto. La crítica lo está avalando. Estamos llenando los teatros en cada pase y estamos seguros de nuestro producto. Es un honor que la gente se levante cada noche y aplauda. Nadie sale descontento del teatro. Por otro lado, todas las actrices que han interpretado a Sally Bowles, un personaje muy rico que no dejas de vivir y de exprimir, han ido unidas al éxito y ahora yo soy una de ellas.

¿Cómo fue el momento en el que te enteraste de que interpretarías a Sally Bowles?

Me puse a llorar, porque era un reto personal muy importante que cambiaría mi vida. Además, llevaba diez años sin cantar, desde que hacía Fama, el musical. Me he ido haciendo con el personaje cada día (requiere mucho esfuerzo) y ha supuesto un proceso de confianza y de inseguridad también en ciertos momentos. También de crecimiento como actriz y de enamoramiento por el personaje, que ha sido un regalo. Me siento como una princesa de cuento cuando lo interpreto. Con ella puedo demostrar muchos registros y cada noche con ella es una maravilla.

¿Pasará de moda alguna vez un musical como este?

Es un clásico, pero no pasará de moda. Su temática está muy vigente hoy en día y el personaje protagonista sirve para recordar de dónde venimos, hacia dónde vamos y cómo puede ser el ser humano. Además, es una obra con personajes llenos de vida y de alma. Por no hablar de la producción o la escenografía, donde tenemos lo mejor. Destaco, sobre todo, el trabajo espectacular de Antonio Balard con el vestuario, que me ha vestido como a una reina.

Una curiosidad: ¿haces tú las diez funciones semanales?

No. Acabaría agotadísima.

¿En qué se diferencia la adaptación de Jaime Azpilicueta de la original de Broadway o la de la película de Bob Fosse?

El estilo del Kit Kat Club en el que trabaja Sally no es decadente, sino que es un lugar al que los alemanes van a divertirse y a olvidarse de los problemas, pero reflejando la tristeza de la época y de lo que se vive fuera de las puertas del local. Mi Sally quiere vivir la vida en su fantasía de cabaret. Por otro lado, se mantienen casi todas las canciones de la película, siempre en directo, pero hay temas de montaje que cambian. Y tiene un final que te deja sobrecogido.

¿Cómo fue decir adiós a un personaje tan importante para tu carrera como el de Judith en la exitosa serie La que se avecina?

Estuve rodando la novena temporada de la serie al mismo tiempo que arrancaba con Cabaret y fue muy cansado. Me dio pena, pero lo había dado todo con ese personaje y quería algo de libertad para me llegaran otros papeles. Y me ha ido bien.

En los últimos años hemos podido ver un cambio físico importante en ti. ¿Se ha debido al ajetreo de la serie y del musical?

Engordé cuando dejé de fumar, porque el actual siempre ha sido mi estado físico y mi peso. Siempre he sido coqueta y me gusta cuidarme. Aparte, el musical también requiere de mucho deporte, de buena alimentación y, sobre todo, de dormir bien. Y Sally también lo requiere. Soy muy responsable con mi salud y mi aspecto físico, incluso demasiado, tanto por mí como por mi profesión.

¿Te sientes más cómoda en la comedia o en el drama?

Me considero una todoterreno: me gustan todos los géneros. Y hacerlo todo lo mejor posible, nunca a medias. Como actriz, si hago algo, siempre quiero ser la mejor. Para mí la comedia es un género muy fácil, que me llena mucho, y el drama es muy cansado.

¿Qué balance haces de tu carrera profesional desde tus inicios en tu tierra natal hasta la actualidad con tu triunfo en Cabaret, el musical de Broadway?

Es un balance muy positivo, pero todo no ha sido bonito, aunque puedo decir que siempre he podido vivir de mi profesión. Durante mi carrera he podido aprender de mis éxitos y de fracasos, y ahora puedo decidir qué tipo de actriz quiero ser.

@casas_castro

David Casas