En los últimos años se ha experimentado un boom en el sector vinícola. Multitud de vinos han salido al mercado gracias a avances tecnológicos en el sector y a las mayores facilidades de promoción a través de Internet, acercando este producto a los más jóvenes. Desde 360 Grados Press hemos hablado con la Denominación de Origen de Utiel-Requena, una de las DO que ha ganado más adeptos gracias a impulsar su variedad de uva Bobal.
El vino es más que una bebida o un color. Es una tierra, un sentimiento, una historia, una identidad que se remonta al siglo IV a.C. Más allá de las denominaciones de origen más conocidas en España como Ribera del Duero, La Mancha o La Rioja, existen otras que se han hecho un hueco muy importante en el mercado bajo esas premisas. Y una de ellas es la de Utiel-Requena, donde han trabajado para impulsar y dar a conocer su principal joya: la uva variedad Bobal. Una DO que es reconocida desde el año 1933.
El 74% de la superficie del viñedo inscrito en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Utiel-Requena pertenece a Bobal, según explica su secretaria general, Carmina Cárcel. “Desde 2010 se ha realizado una búsqueda por la identidad y ahora se apuesta más por esta variedad. En todas las bodegas ha habido una tendencia clara en descubrir el potencial enológico de esta uva autóctona”, comenta.
La modernización del cultivo de la vid y las nuevas técnicas enológicas de los viticultores y enólogos busca desvelar la autenticidad de cada cosecha, en este caso, de la variedad Bobal. Sin embargo, toda la tecnología puesta en marcha no sería posible sin los factores humanos y climatológicos de la tierra: “Existe un vínculo de los vinos de una DO con su zona geográfica, en el que intervienen no solo los factores naturales como puede ser el clima, la altitud, el suelo, el relieve topográfico, la distancia al mar, etc, también los factores humanos son determinantes a lo largo de la historia de esta Denominación de Origen”, comenta Cárcel.
La vitivinicultura supone una forma y medio de vida, así como el motor económico de un territorio. “El origen es lo único que no te pueden quitar”, destacó el único Master of Wine de España, Pedro Ballesteros, durante el I Foro Bobal que organizó la DO Utiel-Requena. En este sentido, resaltó que no hay que imitar otros vinos, “sino tener amor al terruño y trabajar en la innovación y el conocimiento que da sus frutos para no dejar indiferente a nadie”.
¿Y cómo se ha conseguido que una D.O. de menor tamaño que las más prestigiosas de España haya obtenido tanta fama? Carmina Cárcel señala que, cuando en 2014 llegó a su actual cargo, quiso conocer las necesidades de las bodegas. Entre ellas vieron que preocupaba el hundimiento del mercado local a causa de la crisis, por lo que había que realizar promociones en el exterior. Desde entonces, y gracias al trabajo el equipo, los vinos de Utiel-Requena son conocidos en EE.UU., México o China. A ello se une el fomento de la cultura del vino, implicar a la población local y defender la Bobal.
Por eso, Ballesteros pidió durante el Foro que esta variedad sea parte del patrimonio valenciano como otras formas culturales como las Fallas. Para crear un icono, “hay que tener confianza en ti mismo, hacer una gran introspección y capacidad de arriesgar”, aconsejó, ya que los grandes vinos “tienen su propio estilo”.
Consumo de los más jóvenes
El vino ha estado asociado a ser una bebida consuma por personas de cierta edad, pero cada vez hay más gente joven que disfruta de los vinos. Para atraerlos “hay que olvidarse de la nostalgia; el vino está hecho para disfrutar y compartir. Hay que ser creativos“, comentó el Master of Wine durante el I Foro Bobal.
Por tanto, además de la buena relación precio-calidad, la originalidad en el packaging es uno de los principales reclamos a la hora de adquirir una botella de vino. Continuando con la D.O. Utiel-Requena, Pasión de Bobal de Sierra Norte y Bobal en Calma, de Dominio de la Vega, son claros ejemplos del cuidado del envase para atraer a más público, sobre todo, al más joven. De hecho, durante el I Foro Bobal, Diego Morcillo, enólogo de Coviñas, indicó que detrás de cada botella, “hay una identidad, un mensaje y un producto único”.
A esto se une la promoción que se consigue a través de Internet con acciones específicas como encuentros con instagramers. “Las redes sociales han sido fundamentales para acercar el vino a la gente joven. Además, cualquier vinicultor puede lanzar su proyecto a través de la red, por lo que no hace falta tener mucho dinero. Y los que ya están consolidados pueden dar a conocer todas su historia, el trabajo que hay detrás o lo que hace un enólogo “, indica Carmina Cárcel.
Por todo ello, la innovación y la tecnología es fundamental en la elaboración de un producto, pero lo es también la experiencia y la tradición para mantener esa identidad que tanto caracteriza en este caso, al vino.
Patricia Moratalla