Mientras que Cáritas, organización cristiana nada sospechosa, advierte que la recesión ha duplicado el número de comedores sociales y que la pobreza se “cronifica y profundiza” en España, el número de ricos se ha disparado y los multimillonarios han crecido en nuestro país como setas en el monte. Los ricos tienen más, los pobres tienen menos. La realidad golpea ferozmente el rostro de las personas y vocea con nitidez que el sistema hace aguas y este barquito de papel llamado España se hunde.
Este Gobierno de derechas y antisocial ejerce muy bien sus funciones. Gobierna para los ricos, para que nada les falte a los ricos. Mariano Rajoy y su cohorte gobernante han logrado sus principales objetivos, que los mercados viajen en primera clase y sigan succionando el dinero hispánico.
Lo que le emborrona el paso a este gobierno conservador son los “episodios imprevistos”, como el de la importación y gestión del ébola. Ahí queda retratado todo el gobierno y su ideología neoliberal tan alejada del pueblo. La gestión de esta crisis en su primera semana provocó tal escándalo social, que hasta el muy conservador Rajoy pidió a su vicepresidenta que diera un paso al frente. Lo primero que hizo Santamaría fue alejar de los focos a la incapaz Ana Mato, ministra florero del ramo.
Con los fríos la caldera del descontento social comienza a calentarse. El presidente Rajoy ondea al viento números mentirosos para captar votos desesperados. Duele el paro escandaloso que padece este país pero más duele la manipulación de las cifras. España sigue como líder destacado en el escalafón del desempleo en Europa. Rajoy y Báñez sacan pecho y dicen que el paro ha disminuido, pero callan cuando se les pregunta por el empleo basura, ese que dice que hay gente que trabaja pero que gana menos de 400 euros y sigue yendo a los comedores de Cáritas.
Foto: Carmen Vela
S.C.