Por Javier Montes, periodista
Después de varias semanas desilencio, de agotadoras sesiones de biblioteca, rodeado de libros y apuntes yalejado del mundo del periodismo, de las noticias y de la actualidad, unovuelve a retomar el pulso de los acontecimientos con un prisma similar al dequien regresa a su casa tras un largo viaje por el extranjero. La asfixiantecrisis económica, las desgracias de Haití, la lacra de la violencia de género,el escándalo de El Aaiún y el duelo Real Madrid-Barcelona copan las portadas delos periódicos online (hace tiempo que ya no paso por el quiosco).
Visto el panorama casi vale másagarrarse a la ley 30/92 o a la ley general de la Seguridad Social, por ponerdos ejemplos de mis montañas de apuntes. Por más que releo las informaciones sobreel rescate de Irlanda no acabo de entender por qué lo llaman rescate, ni porqué hay que rescatar a ese país. Lo único que entiendo es que, según losanalistas, el caos económico se debe a que los bancos irlandeses invirtieron enexceso en el ladrillo durante el llamado boom inmobiliario y, ahora, enépocas flacas, los ladrillos se les han venido encima. Me suena de algo
A mi juicio, los esfuerzoseconómicos se deberían dirigir hacia otros menesteres. No discuto que la UniónEuropea salga al rescate de algún socio pero sólo con ver las fotografías quellegan de Haití ya es reclamo suficiente para que los colegas europeos tomencartas en el asunto. Haití, como otros países del mundo, sí que está en crisis.Ellos sí necesitan un rescate en toda regla. No es un país pero ?????? (en árabe El Aaiún) es otroescándalo de miseria y olvido que salpica directamente a España. Es triste verla situación en la que se encuentran aquellos que hace poco más de tres décadaseran nuestros hermanos pero más triste aún es ver cómo ahora los gobernantesespañoles se siguen despreocupando de los atropellos que vive ese pueblo; golpeadoprimero por el Frente Polisario y ahora por Marruecos y España. Mi padre diceque, en ocasiones, siente vergüenza de ser español. Imagino que se refería acosas como estas.
Es poco gratificante cambiar laslargas horas de biblioteca por los lapidarios titulares de las secciones dePolítica o Internacional de los portales de Internet. Mejor es irse a Cultura, Ocio y Televisión o Deportes. Y esoque también ahí leo escándalos, crisis y miserias. ¿Dónde no?
Resulta que a Kapuscinski ahorale salen más detractores que aduladores. Le critican por ser ambiguo, por nodistinguir nunca en sus novelas hasta dónde llega la realidad y hasta dónde laficción. Un polaco, que pasa por ser discípulo de Kapuscinski, acaba depublicar Kapuscinski non fiction. No sé qué hay detrás de este libro, imaginoque la fiebre consumista de la navidad. Más cutre es lo de una tal BeatrizTrapote, novia del hermano de Jesulín, quien plagió un libro para seguir en elcandelabro. De este mundillo prefiero no escribir ni una letra.
Las páginas de televisión y ociosiempre dan juego. Leo que el Gran Hermano ya no tiene tirón y sólo losescarceos amorosos de algunos concursantes avivan algo los comentarios pero nohay sexo y, sin sexo, no hay grandes audiencias. Comparto lo que opina un amigoque propone a Telecinco que emita una película X en lugar del tostón de la casade Guadalix.
Menos mal que siempre nos quedaránlos deportes o mejor dicho el fútbol, o mejor dicho, el Real Madrid y el Barcelona.El lunes hay clásico y seguro que acabará eclipsando los resultados de laselecciones catalanas que se celebrarán el domingo, la crisis económica mundial,el hambre y la miseria de Haití, lo que pase en la casa de Guadalix, lo que sediga de Kapuscinski y, si me apuran, lo que se comente de Belén Esteban o de lanovia del hermano de Jesulín. Será un lunes al gol antes de que vuelva a mislibros, a mis apuntes y a mis agotadoras sesiones de biblioteca. Leer elperiódico es mortal.
Ó.D.