Por David Barreiro, escritor y periodista
Recuerdo de mi época de estudiante pocas cosas (el peso de la mochila, la lluvia, la verja del colegio) aunque quiero creer que lo aprendido permanece en algún lugar de la memoria. Entre ellas, no he olvidado la pasión y vehemencia con las que el profesor de Historia del Arte trataba de explicarnos Las meninas. Se desgañitaba el hombre intentando hacernos comprender la maestría de Velázquez, la sutileza de cada detalle, la extrema calidad de cada pincelada. Nosotros, a lo nuestro: esperando la sonrisa de la chica de la primera fila, lanzándonos bolas de papel, mirando por la ventana.
Una sola frase recuerdo de aquella explicación que se extendió (galaxia de óleo) durante varias clases: “Velázquez en Las meninas consiguió lo imposible: pintar el aire”.
Años después (noviembre de 2004, anoté en la primera página), ya sin pupitres en mi vida, compré un libro titulado Baile en familia, de un tal David Leavitt, autor tocayo del que nada sabía. Apenas llevaba unas páginas y, de pronto, recordé la frase del profesor de Historial del Arte y supe que aquel escritor era capaz de hacer lo mismo que hecho Velázquez con Las Meninas: escribir el aire.
Baile en familia es un libro de relatos prodigioso, escrito a la insultante edad de veintidós años y con una madurez que anunciaba un escritor diferente. Tiene Leavitt un universo muy particular, desarrollado en libros posteriores como El lenguaje perdido de las grúas o Un lugar en el que nunca he estado, obras fundamentales para quienes deseen, al menos una vez en la vida, leer el aire.
David Barreiro acaba de publicar ‘Mediocre’ (Inéditor).
deividbarreiro@hotmail.com
Óscar Delgado