“No cambio mi apellido por nada del mundo”
Las agujas del reloj están rozando el mediodía cuando ella se encuentra en casa preparándose un té con unas tostadas. Es una de esas mañanas para atender llamadas, lo cual no impide mantener su rutina hogareña. Mientras conversa hace alguna que otra pausa por esto mismo y no disimula, sino que lo explica. Así es Lolita Flores, natural y sincera; cualidades que considera fundamentales para entender su popularidad más allá del legado familiar y de la farándula. En 360 Grados Press hemos tenido la oportunidad de robarle unos minutos en medio de esa rutina desde el otro lado de la línea.