El último trimestre

Los autónomos suman a la falta de liquidez los problemas derivados del pago del IVA y del IRPF

Redacción, Valencia. La despedida del mes pasado significó para muchos autónomos el final de una cuesta de enero más pronunciada que la de otros años al tener que afrontar el pago del último trimestre del año 2008. A la falta de liquidez que padecen las pymes por la negativa de los bancos a abrir el grifo, se sumó el sempiterno problema de hacer frente al pago fraccionado del IRPF y del IVA, contabilizado como si ya hubiera sido cobrado por el empresario cuando, en época de crisis, se acrecienta la demora en el cobro de las factura emitidas.

Fernando Soriano, socio fundador de Triple A Gestión, empresa dedicada a la asesoría fiscal, contable y financiera, asegura que “desde septiembre de 2008, hemos constatado que los autónomos que recurren a nosotros lo están pasando muy mal; la falta de liquidez de los bancos a ellos les afecta mucho más”. Con todo, Soriano propone una planificación tributaria a las empresas que les permita “calcular bien los impuestos que deberán atender y acogerse a deducciones; el problema es que su día a día les impide preocuparse por esta cuestión”.

En enero pasado, el empresario tuvo que afrontar los habituales pagos de impuestos del cuarto trimestre de 2008 y ajustar las cuentas de todo un año. Pero con la crisis, matiza el responsable de Triple A Gestión, “muchos se han llevado sorpresas, especialmente aquellos que, por impagos en las facturas emitidas, al finalizar el año tuvieron que contabilizarlas como pagadas”. Soriano aclara que “aunque no se hayan cobrado, al final del año tienen que constar”. Bajo estas circunstancias, el empresario ha enfrentarse a numerosos trámites para que Hacienda le devuelva el importe del IVA que finalmente no ha cobrado, “cuyo trámite puede prolongarse por espacio de dos años”.

Moratoria fiscal
Una de las soluciones que contempla Soriano para mejorar la situación por la que atraviesan las empresas con dificultades de liquidez “es aplicar una moratoria en los impuestos que les conceda seis meses de carencia para que puedan pagarlos”. Las condiciones que imponen los bancos para facilitar créditos son peores que nunca y lo habitual es que el empresario que pretenda optar a financiación se encuentre con requisitos muy rígidos: “Todos piden garantías reales, vía hipoteca o vía pignoración de dinero”.

Redacción Canarias

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