En el nombre de nadie
Cada palada de ira, cada golpe de gatillo, cada soplo de vida cortado para siempre, nos produce un dolor tan fuerte como el estallido de una ola en plena noche. Nadie puede matar en nombre de nadie. Eso es mentira: matan en nombre de ellos mismos, en nombre de su ambición, de su codicia. De sus miedos.