Toño, de la casi extinguida estirpe de los trotamundos
Casi cinco años viajando por el mundo con un presupuesto máximo de 300 euros al mes. Una familia, incluso hasta una nieta cuya carita hace cambiar la mirada y la expresión del protagonista de este artículo, el segoviano Toño. Amores perdidos en islas, en países... un ordenador portatil, una cámara con un zoom electrónico de cuarenta y seis aumentos (por lo menos) con la que fotografió un tiroteo en Medellín mientras estaba sentado en una terraza. No, Toño no es periodista. Toño es una buena persona que ha hecho de cualquier rincón del mundo, su casa. Y el día que, por cualquier razón, no pueda seguir viajando morirá. Morirá de pena, como un pájaro enjaulado añadimos nosotros a sus palabras.