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Durante un cuarto de siglo, la pista de atletismo de L’Eliana tiene el privilegio de haber visto entrenar a la saltadora Concha Montaner, una de las mejores atletas españolas de todos los tiempos. La vio calzarse sus primeras zapatillas de clavos a los 12 años y la ve ahora arreglar papeles para que el club crezca, para que salgan otras Conchas Montaner de la prolífica cantera valenciana. Ya retirada, con una mirada de amabilidad hacia sí misma –basta de autoexigencia–, la saltadora hace balance de su carrera deportiva para 360 Grados Press.
¿Sigues en contacto con el atletismo?
No, estoy retirada. Me gusta hacer deporte y hago algo, pero muy poquito, muy suave. Decidí dejar el atletismo cuando los objetivos ya no me motivaban y empezaba a pensar en otras cosas. Ya no me apetecía salir a competir ni a entrenar.
¿Tienes idea de seguir vinculada al atletismo?
Actualmente estoy de secretaria del Club de Atletismo L’Eliana, pero simplemente para hacerlo crecer, nada más.
¿Cómo empezaste en el atletismo?
Fue en este mismo club, en L’Eliana, empecé cuando tenía 12 años. Probé varios deportes pero con el atletismo comencé a competir y salió bien. No obstante, al final lo que me hizo decidirme fue el grupo humano, porque me gustaba ir a entrenar con la gente. El atletismo es un deporte bastante duro incluso cuando eres joven. Hay deportes en los que se va a jugar, pero nosotros íbamos a entrenar. Por eso el grupo humano era clave.
¿Y cuándo decidiste dedicarte profesionalmente a ello?
No es que lo decidiera, sino que los resultados te van llevando poco a poco a ese profesionalismo. Vas creyendo que puedes ser mejor y dedicándole más tiempo a ello.
Siempre se puede elegir, algo de apuesta personal habría…
Ocurrió que yo desde muy jovencita empecé con unos resultados muy fuerte, con 17 años fui subcampeona de Europa junior y fui al mundial de Sevilla. Con 18 fui a los Juegos Olímpicos y fui campeona del mundo junior en Chile. Los resultados ayudaron mucho a que me decantara.
¿Con qué concurso te quedarías, qué competición guardas con más cariño en el recuerdo?
Tengo varias: te diría que el campeonato del Mundo fue importante para mí, el 6,92, el 6,88 que me dio el pase a los Juegos, la medalla del Campeonato de Europa… Al final son muchos años y no te puedes quedar solo con un momento. Cuando eres joven los momentos vienen y los sabores poco, cuando estás arriba tienes muchos y los consigues más fácil, y cuando te estás casi retirando, aunque las competiciones no sean tan importantes, también hay momentos importantes hasta que llegas a ellas y los vives de otra manera. Es muy difícil elegir.
Dices que cuando eres joven saboreas poco lo que consigues, no sé si la ambición te llegó a cegar, si la persecución de ciertos objetivos te impidió valorar lo que estabas logrando.
Suele pasar. Tú tienes objetivos y sueños, pero cuando consigues un sueño el siguiente es más duro, y cuando consigues el siguiente vas a por más. Entonces no te das cuenta de todo lo que estás viviendo y siempre tienes un objetivo por encima. Te das cuenta ya cuando te has retirado.
¿Hubo alguna competición en la que estuvieras para saltar más de 7 metros y no lo lograras por minucias?
He tenido varias de esas, por desgracia. Sin embargo, ya he sido suficientemente crítica mientras estaba en activo, y ahora lo que hago es quedarme con lo positivo y los buenos momentos que ha dado el atletismo.
¿Qué es lo que más has disfrutado del atletismo?
Me gusta que al ser un deporte individual, dependes de ti mismo. Aunque tengas a tu entrenador o a tu entrenadora contigo en la grada, dependes de ti. Sabes que estás sola en el estadio y que tienes que esforzarte lo máximo posible para sacar el mejor salto.
A pesar de ser un deporte individual, en el atletismo prima mucho el compañerismo, es un deporte con muy buenos valores, donde se comparte, y en parte se ha puesto de moda el running por esta condición.
Cierto, en el atletismo tienes que entender que no formas parte de un equipo al uso; no competimos y nos añaden al resultado de un compañero. Cuando tienes un grupo de entrenamiento, y este grupo normalmente lo buscas tú, formas parte de algo más grande, de un grupo humano que está contigo y tú con él. Pasa lo mismo con el entrenador, al que has elegido tú y no te han impuesto, como ocurre en otros deportes.
¿Crees que a las mujeres se os valora igual que a los hombres dentro del atletismo?
Por desgracia, como pasa en el resto de ámbitos de la vida: no. Eso está en la sociedad, mientras en la sociedad no se consiga la igualdad y se valore a la mujer como se valora al hombre, esto no va a ocurrir tampoco en el deporte.
¿Se está avanzando en ese sentido?
En realidad dentro del atletismo con compañeros no se sufre machismo, al menos yo no he sufrido machismo por parte de mis compañeros, pero sí que es verdad que vivimos en una sociedad machista y eso se lleva al deporte.
¿Cómo valoras el estado actual del atletismo español en general y de la selección en particular?
Está bastante bien, a nivel europeo seguimos siendo una potencia, y prueba de ello es la cosecha de medalla que se ha sacado en el último campeonato. En los saltos destacaría a Ana Peleteiro, a Fátima Diame y gente del heptathlon que cuando se pase a los saltos seguirá destacando.
A veces resulta muy duro dejar el deporte al que le has dedicado tanta energía. ¿Cómo te está resultando a ti?
Como en dicho en alguna de mis despedidas, tengo la suerte de dejar el atletismo y no de que me deje él a mí. Lo dejo porque ya son muchos años y porque no me apetece seguir más, y cuando esto se acaba, se acabó.
