Lobos solitarios
No cabe duda, a estas alturas de la madrugada ya podemos afirmar que Peláez es, para su jefe, cualquier cosa menos un periodista. Prepararle patatas a la riojana, limpiar las manillas de las puertas, aparcarle el coche o darle el desayuno son solo algunas de las funciones que ha de desempeñar nuestro querido héroe.