Del yoga, la cerveza

Resulta complejo imaginar que un binomio tan curioso pueda conjugar tan bien. Tanto como beber cerveza mientras se practica una disciplina milenaria como el yoga. En 360 Grados Press hemos hablado esta semana con Jhula, fundadora de ‘BierYoga’ en Berlín, para conocer más de cerca esta nueva tendencia fitness.

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El yoga es una práctica que surge en Oriente y no llega a Europa hasta cientos de años después. Ahora en Alemania han descubierto que funciona muy bien acompañando a la cerveza, que aporta un plus a la experiencia, lo que la hace más divertida y relajante, tal y como explica a 360 Grados Press Jhula, la propulsora de la iniciativa que hemos conocido esta semana.

 

Según su fundadora, “BierYoga es el resultado de la unión de dos grandes amores: la cerveza y el yoga. Ambas alimentan terapias centenarias para el cuerpo, la mente y el alma. La alegría de beber cerveza y el mindfulness de yoga se complementan, lo convierten en una experiencia revitalizante“.

 

Suena extraño, pero es un moda que cada vez encuentra más adeptos. Procedente de Alemania, consiste en beber cerveza al mismo tiempo que realizas ejercicios de meditación, integrando los botellines en las poses.  Tal y como explica Jhula, “durante el ejercicio los participantes pueden usar las botellas de la forma que ellos mismos deseen“, de modo que pueden sostenerla en las manos, hacer equilibrio sobre la cabeza o beber un trago entre distintas poses.

 

Aunque todavía esta tendencia fitness no ha aterrizado en España, las personas de otros países que lo han probado dicen que lo más significativo es que se logra alcanzar más rápido el bienestar físico y mental. Asimismo, según expone la fundadora, “esta disciplina busca unir dos de los mayores amores de muchas personas: la práctica de deporte con una de las bebidas preferidas de la gente.

 

Como todos los negocios o grandes ideas, ésta surge para atender el que las personas pudieran estar inmersas en el mundo de la meditación sin renunciar a beber una bebida fermentada como es la cerveza. En el caso de Jhula, introducir los botellines en los ejercicios era la mejor manera de animar a los principiantes a alcanzar un nivel más alto de conciencia, sin dejar a un lado la diversión. “Sentimos y desarrollamos la filosofía del yoga como concepto junto al placer de beber cerveza para conseguir un estado meditativo más álgido“, explica.

 

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Requisitos: gusto por la cerveza

Si bien es cierto que en los últimos años el yoga se ha convertido en disciplina popular, por su función tonificante para cuerpo, alma y mente, para asistir a una clase de este tipo, se necesita algo más que querer alcanzar un estado meditativo o realizar un ejercicio tonificador corporal. “Es necesario el gusto por la cerveza para disfrutar de esta unión singular”, señala la impulsora de la iniciativa.

 

Y así lo manifiesta en sus clases. Lo primero que hace cuando comienza una sesión es enseñarle a sus alumnos diferentes posiciones originarias y tradicionales del yoga sobre la esterilla pero las alterna al mismo tiempo con equilibrismos con botellas de cerveza, con la cabeza como eje principal. “Una forma diferente de potenciar el equilibrio físico y mental”, puntualiza.

 

Siguiendo esta línea, los precios de BierYoga son muy competitivos porque una sesión dura una hora y tiene un coste de 5 euros y por un euro más se incluyen dos cervezas. Un dato que revela el éxito de esta tendencia en auge. “Desde que comenzamos las clases siempre están llenas y recibimos muchas solicitudes de sesiones privadas”, concluye Jhula.


@InGabarda

Inma Gabarda

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