Las abejas, el termómetro de la Naturaleza

Numerosas organizaciones ecologistas llevan tiempo advirtiendo sobre el peligro que corre el planeta en caso de que la población de abejas siga disminuyendo hasta desparecer. Las predicciones pueden parecer exageradas, pues se habla de que es una especie que empieza a estar en peligro de extinción. Pero ¿somos conscientes de ello? En 360 Grados Press hemos querido adentrarnos en el problema para saber qué está sucediendo porque si no hay polinización, no hay vida.

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Uno de los capítulos más impactantes de la serie de culto Black Mirror relata cómo las abejas, con su desaparición, fueron sustituidas por robots para realizar su función de polinización y de equilibrio medioambiental. No vamos a hacer ‘spoiler’ de este brillante episodio, pero cabe decir que esta serie es considerada como visionaria. Y es para pensarlo porque hace apenas unos días se lanzó la noticia de que se han prototipado unos drones capaces de polinizar las flores, tal y como hacen las abejas melíferas, las que producen la miel.

 

¿Nos tenemos que alarmar por la posible desaparición de estos insectos? Realmente, sí, si no ponemos freno a una serie de amenazas que están sufriendo. En cifras, los apicultores de Estados Unidos aseguraron que, entre abril de 2014 y abril de 2015, perdieron el 42% de sus colonias, según la asociación Bee Informed Partnership, que recaba toda la información referente a esta problemática para encontrar soluciones y ayudar a los apicultores.

 

Desde Greenpeace, el responsable en la materia, Luis Ferreirim denuncia la primera gran mortandad de abejas en lo que llevamos de año en España, concretamente, sucedida en Murcia. Esto se debe “al uso masivo de plaguicidas tóxicos en la agricultura“, comenta. He aquí la primera causa. Y añade que este producto es una auténtica bomba atómica: “Mata a las plagas de los cultivos, pero también muchos otros seres vivos, incluso a los principales aliados de los propios agricultores, como las abejas y otros polinizadores”.

 

Ferreirim indica que hasta el 75% de los cultivos a nivel mundial y al menos el 70% en España “dependen directa o indirectamente de la polinización”. Por ello, considera fundamental proteger aún más a las abejas de la amenaza que suponen insecticidas como los neonicotinoides. De hecho, la ONG cuenta con un amplio estudio en colaboración con la Universidad de Sussex sobre este plaguicida y el riesgo que supone a las abejas melíferas.

 

Otras organizaciones como Avaaz han lanzado una campaña para la defensa de las abejas impulsados por la posible prohibición que va a llevar a cabo Canadá de una de las peores sustancias para estos animales, el imidacloprid (un pesticida neonicotinoide). El país ha abierto un periodo de consulta pública para ello, por lo que, desde la entidad, están recabando firmas a nivel mundial para que se prohíba esta sustancia, como ya se hizo en Europa.

 

El cambio climático también es otro de los factores que acechan a las colmenas de las abejas y a la pérdida de salud que están padeciendo. Un informe en el que ha participado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) relacionado con las mariposas, pero que puede ser extensivo al resto de insectos polinizadores, ha encontrado esta conexión: “Las altas temperaturas y la baja pluviosidad provocan una descoordinación entre la época de floración y la época de vuelo de las mariposas”. Les separa una media de 70 días y aumentan en los años de sequía pronunciada.

 

Otros factores que tienen una estrecha relación con la alta mortandad de estos insectos son enfermedades y parásitos, como la Varroa; especies invasoras como la avispa asiática y, por supuesto, las amenazas derivadas de la agricultura industrial como el uso masivo de plaguicidas y los monocultivos. Ferreirim añade que también existen actos vandálicos en los que envenenan a la totalidad de las abejas de la propia colmena. Por ejemplo, el año pasado se denunció está lamentable práctica en unas 300 colmenas en Bacarot (Alicante).

 

Asimismo, Greenpeace también alerta sobre los problemas a los que se enfrentan los apicultores, como la competencia que sufren de mieles importadas a bajos precios, provenientes mayoritariamente de China. De hecho, desde varios colectivos de agricultores están realizando campañas activas por un etiquetado claro de la miel.

 

Posibles soluciones

 

“Desde Greenpeace tenemos una campaña muy activa para salvar a las abejas y otros polinizadores – señala el responsable de agricultura de la entidad- Las abejas son fundamentales para el equilibrio ecológico del planeta, para los ecosistemas y para nuestra propia seguridad alimentaria”.

 

Por ello, proponen soluciones a dos niveles. A corto plazo, la prohibición de los plaguicidas peligrosos para las abejas. Mientras, a largo plazo, una apuesta decidida por la agricultura ecológica, “pues es la única que es respetuosa con el medio ambiente y, por lo tanto, con las abejas, y con nuestra propia salud. Yo suelo decir que las abejas, tal como nosotros, son lo que comen y necesitan una alimentación sana y diversa”, comenta Ferreirim.

 

El declive de estos insectos, que nos resultan simpáticos por la abeja Maya, debe ser una preocupación social, ya que se sitúan en uno de los eslabones fundamentales para que pueda desarrollarse la vida. Los apicultores afirman que son “el termómetro de la Naturaleza”. Y si medimos la temperatura veremos que se encuentra al rojo vivo, por lo que el ser humano debe actuar sin dilaciones para que no suceda lo que se vaticina en Black Mirror. 

@_Guiomar_

Patricia Moratalla

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