¿Puede Facebook diagnosticar enfermedades mentales?

Un estudio realizado por investigadores de prestigiosas universidades indica que la información compartida puede determinar la salud mental.

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Puede sonar extraño, pero la ciencia indica que es así. Según informa un artículo publicado en The Lancet, revista especializada en psiquiatría, la famosa red social creada por Mark Zuckerberg puede ser un indicador altamente fiable para detectar la salud mental de las personas. Los estados, las fotografías, la frecuencia con la que se comparte contenido y, por supuesto, los mensajes privados y conversaciones mantenidas con los contactos y amigos, son “más fiablespara determinar la existencia de patologías mentales, según los investigadores, que cualquier información obtenida offline.

Este estudio, en el que han participado investigadores de prestigiosas universidades como Cambridge o Stanford, señala a las actualizaciones de estado como una auténtica mina de información para comprender la mente de los usuarios de Facebook. Un algoritmo lingüístico puede detectar síntomas de enfermedad mental a partir de ellos, e incluso captar síntomas tempranos de procesos que terminarían en depresiones o esquizofrenia, así como detectar distintas emociones según las expresiones faciales en las fotos subidas a la red.

Ante la importancia de esa información para la vida de una persona y su entorno, se abre una cuestión igualmente relevante: ¿Qué puede hacer Facebook con esos datos? Más allá de mostrar en nuestros navegadores anuncios sobre películas, marcas o artistas relacionados con nuestras preferencias, información de ese calado no puede tratarse a la ligera, ni por parte de quienes la recolectan desde las oficinas de la red social en California ni quienes la comparten o acceden a ella indirectamente.

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Una encuesta realizada en Reino Unido refleja el tabú al que se ven sometidas muchas personas con enfermedades mentales. Casi la mitad de los encuestados declara que se sentiría “incómodo” compartiendo lugar de trabajo con alguien que sufriese alguna de estas patologías, lo que provoca un impacto en los derechos laborales de personas con trastornos mentales, así como que muchas de ellas decidan esconder el estado de su salud mental en todo lo que trascienda sus círculos de confianza más estrechos.

No se puede obviar que el objeto de negocio de Facebook (y otras redes sociales) no es otro que ese: monetizar la información de la que disponen. Ya ha voces que advierten sobre el hecho de que algunos usuarios en situaciones de vulnerabilidad pueden no llegar a entender la importancia del volumen de información que manejan las redes sociales sobre las personas registradas, de la misma forma que puede llegar a ser un peligro que con la única base de la información compartida en internet, una persona sea catalogada como “mentalmente sanao “mentalmente enferma”.


@ivan_munoz

Iván J. Muñoz

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