Ante una nueva revolución turística

De la misma forma que el transporte aéreo, el todo incluido o el ‘low cost’ marcaron un hito en la forma de viajar, internet y las nuevas plataformas para la búsqueda de alojamiento han generado un nuevo tablero en el que las reglas del juego son difusas y la capacidad de adaptación incierta.

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Aunque aún quedan algunas semanas para que termine oficialmente el verano, una vez finalizado el mes de agosto administración, patronales y otros colectivos del sector se apresuran nuevamente a realizar el balance de la temporada turística. Un ámbito en el que la recuperación que se ha producido en los mercados y la inestabilidad de algunos de los destinos que compiten directamente con nuestro país ha propiciado que, por ejemplo, sólo en lo que respecta al tráfico aéreo se haya registrado un aumento de movimientos que ronda el 11%, según Aena.

 

Llegan más turistas a España, pero también es obvio el despertar del consumidor de vacaciones nacional. Con algunas diferencias con respecto a los años de vino y rosas, como que se haya reducido el tiempo total de descanso, o la forma de disfrutar de los días de asueto. Terrazas, restaurantes, playas y paseos han mostrado durante el estío de 2016 un trasiego como el que hacía tiempo no se contemplaba. Sin embargo, este no parece haberse traducido directamente en las noches de pernoctación en establecimientos hoteleros. O al menos, no de la forma esperada.

 

Desde Benidorm, una de las mecas del turismo europeo y auténtico termómetro de la salud del sector, la patronal HOSBEC (Asociación Empresarial Hostelera de la Costa Blanca y Benidorm) aseguraba esta semana que durante la segunda quincena de agosto la ocupación había caído un punto. Un descenso que directamente atribuía al alojamiento ilegal. “Aunque la media mensual iguala el dato de 2015, la fuga de turistas a esta economía sumergida neutraliza el fuerte incremento de los británicos”, explicaba en un comunicado.

 

La limitada disponibilidad de camas ha propiciado que en otro lugar con gran demanda como es Ibiza el problema haya saltado directamente al mercado inmobiliario. La isla sufre un auténtico colapso ante la falta de oferta de alquiler anual debido a que los propietarios prefieren arrendar sus propiedades por temporadas aprovechando los nuevos canales de comercialización que brindan las tecnologías. Algo que ha propiciado la formación de activas plataformas, como Ibiza Afectados por los Alquileres, que denuncian por su cuenta algunos de los abusos que se encuentran en páginas de Internet. Entre ellas, condiciones denigrantes para los que aspiran a una vivienda, como colchones situados en garajes o incluso en balcones a precio de suite en un cinco estrellas.

 

Internet ha provocado un cambio de paradigma que ya alcanza a muchos sectores. Algo que ha cogido de imprevisto a las administraciones, que demuestran una vez más que su agilidad para moverse es mucho menor que la del mercado y los nuevos usos, así como una acuciante falta de recursos para hacer cumplir una regulación que existe y que marca claramente los límites (entre ellos la necesidad de disponer de una licencia de apartamento turístico o de declarar los ingresos percibidos por tal actividad), pero para la que no se destinan (por carencia u omisión) suficientes efectivos en forma de inspectores o protocolos para atajar el fraude.

 

“Este crecimiento de una oferta tan desproporcionado en tan poco tiempo, no hay teoría económica que lo sostenga. Se vulneran todas las leyes de la oferta y la demanda y podemos decir que crecemos en hojas pero no en frutos” indica Antonio Mayor, el presidente de Hosbec. En el otro lado están algunos comerciantes, que prefieren clientes potenciales en forma de visitas, así como ciertos hosteleros, que encuentran en el alquiler de temporada barato la devolución de la moneda del “todo incluido” que tanto daño les hace en muchas zonas. Frente a ellos se posicionan los que defienden que al alquilarse un apartamento, la mayor parte del consumo se realiza en el supermercado.

 

A este respecto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) proporciona algunos datos de gran valor correspondientes al mes de julio. El gasto total realizado por los turistas internacionales que visitaron España alcanzó los 10.257 millones de euros, lo que supone un incremento del 7,0% respecto al mismo mes del año anterior. El gasto medio por turista se sitúa en 1.072 euros, con un descenso anual del 2,1%, mientras que el gasto medio diario aumenta un 5,5% hasta los 130 euros. La duración media de los viajes de los turistas internacionales es de 8,3 días, lo que supone un descenso de 0,6 días respecto a la media de julio del año pasado. Durante los siete primeros meses de 2016 el gasto total aumentó un 7,9% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando los 42.942 millones de euros.

 

Mientras unos y otros debaten sobre si es mejor menos turistas pero con mayor poder adquisitivo o si se trata de algo indiferente, parece que si hay un claro ganador: el visitante, que ha encontrado nuevamente una forma para hacer todavía más asequible su visita a lugares antes ni siquiera soñados, como ya ocurriera con la llegada de la revolución del transporte ‘low cost’ en Europa. Todo un hito en el sector desde que a mediados de siglo se pusiera de moda la práctica de viajar por placer aprovechando, entre otras cosas, el estado de bienestar y los desarrollos alcanzados en materia de transporte tras la II Guerra Mundial.

 

Sólo el tiempo dirá si es posible poner puertas al campo o será necesario un cambio definitivo de mentalidad por parte de todos para adaptarse a los nuevos tiempos.


@ivan_munoz

Iván J. Muñoz

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