No me mires, corazón

No me mires con esos ojos. Y menos ahora, que nos acabamos de conocer. Para, venga, por favor. No me hagas pensar cuando llegue a casa o darle el coñazo a la almohada porque diré que es tu culpa, que eso de señalar a otros se nos da de perlas. Por tanto, no me mires así porque ni siquiera ha pasado eso a lo que la humanidad llamó tiempo para cuantificar la cantidad de momento. Y contigo, momento, no hay.

Tampoco me pidas explicaciones porque has empezado tú. Tu miedo te está ganando la partida. Cada segundo que dejas pasar sin hacerle frente, es un minipunto que sube a su marcador. Y la remontada se hace cada vez más difícil. Aquí no hay prórrogas, ni tanda de penaltis, ni ná de ná. Acaba de empezar el partido y tú ya te estás metiendo goles en propia puerta. Y aún así me dirás que pretendes empatar.

No intentes impresionarme. Porque a mi ya nada me impresiona y si lo consigues… tampoco te lo diría, sino la vuelta la ganarías tú, en tu estadio. Sólo te pido que no me vuelvas a mirar así porque no soy tan fuerte como aparento ser. Aparentar tiene más letras que ser, y yo contigo tiro de números. Es triste saber que vivimos en un mundo donde vale más la pena lo que aparentas que lo que eres realmente. Pero, oye, si me miras así, soy soy.

Este partido lo llevo perdiendo desde que empezó. La inmediatez es el nuevo estado de las cosas. La experiencia ya no es un grado, sino una cuenta atrás. Que la vida ocurre en directo, darling. Lo que llega tarde ya nadie lo escucha, ya ha pasado, ya no está. Has sido tú la que ha salido al ataque con inmediatez pero con prudencia y así no se ganan las eliminatorias y menos conmigo, corazón.

Esperar lo inesperado te mantiene la mente abierta. Porque si me miras así, ahora que ni siquiera nos conocemos bien, no quiero mantener la mente tan amplia. Al futbol ingles sabemos jugar todos. Por tanto, si me miras, mírame para siempre como tú bien supiste hacer en ese primer tiempo. En esos primeros 45 minutos.

Si no, no me mires más.

Encantado por el baile.

@stefanogarcia

Iván J. Muñoz