Cataluña, la parodia nacional

“¿Un orinal? ¿Llamas un orinal al sudor y la sangre de tu padre?” Esta es una de las cientos de frases disparatadas del genial libro La conjura de los necios, que me trae el recuerdo de lo que pasa en España y el sainete que acontece en Cataluña, que nos despertó de la siesta. Me reiría de ello si no fueran tan graves las consecuencias de la desembocadura esperpéntica de tamaño dislate.

Esto escribió La Vanguardia en su editorial tras lo ocurrido en el Parlament catalán el lunes 9 de noviembre: “Hay mayoría parlamentaria para proclamar esa virtual ruptura mediante una moción retórica, hiperbólica y mal redactada, y no parece haberla para formar gobierno. Hay mayoría para la huida hacia delante y no la hay para una gobernación coherente. Esta es la fotografía del 9 de noviembre del 2015, jornada que pasará a la historia de los errores de Catalunya, con el agravante de la parodia”.

Definitivamente nos hemos vuelto locos, unos locos muy tristes porque se llevaron la gracia y condenaron a vivir el buen humor catalán a un castillo de almenas de vidrio con la codicia y el egoísmo como celosos carceleros.

Esta gente tan estúpida y desquiciada ha apretado un botón rojo, se ha activado la lavadora gigante, el ruido es espantoso y no quieren, porque no saben, pararla. Corren despavoridamente hacia delante y no miran atrás. No lo hacen porque sienten miedo de ver los ojos atónitos de tanta gente, su gente, que se ha quedado en medio de un desierto cubierto de cristales.

Pueden ir contentos: Cataluña sale en la foto de todos los diarios del mundo. Lo malo es que aparece un muñeco con cara de asustado porque está a punto de romperse. De golpe le birlaron el futuro al país de los catalanes. Llamaron a Houdini y apareció Mas con el maquillaje de un payaso torpe. Ellos siguen caminando con zapatos estrechos y Buñuel no puede rebobinar la cinta. Huele a quemado y lo peor es que se queman los de siempre.

@butacondelgarci

S.C.