La mentira de un político es traición

Si una persona miente o engaña a otra persona tira por la borda uno de los bienes más preciados que pueda poseer: la confianza. Si un político miente o engaña al ciudadano, no solo mina su confianza: es un traidor capaz de todo y le importa el suspiro de una hormiga los intereses de su pueblo.

La mentira o el engaño de los políticos no se contemplan como delito en ninguno de los códigos de la Justicia. Los políticos de España se pasean en estas vísperas electorales regalando promesas como ramos de flores. Buscan el voto de la ciudadanía como osos encerrados en una gran despensa. Entre ellos, políticos con todo tipo de matrícula, se pelean con la ferocidad de los leones frente a una manada de corderos. Gana el que más lejos llega en sus mentiras.

El bien común, la solidaridad, la generosidad, la justicia, la pluralidad… Son términos que esta gente maneja con la facilidad de un niño jugando a las canicas. Luego termina la hora del recreo y un olvido mortal se cierne sobre el asfalto. Las promesas se perdieron más allá de las húmedas callejas, absorbidas en el cenagal donde duermen para siempre las mentiras.

Es posible que en España reinen los políticos más mentirosos del Universo, también es casi seguro que el pueblo español sea el más necesitado de ver un horizonte libre de cristales rotos y bayonetas. El ciudadano de esta tierra que un día manó tanta sangre necesita agua limpia y manos fuertes, pero también busca corazones abiertos al mar, libres del acero de la codicia.

El ciudadano tiene ahora la oportunidad de conseguir cambiar las cosas y puede elegir un barco donde no naveguen los deshonestos. Las personas en España esperan por fin un buen amanecer, que la lluvia de la solidaridad y la justicia nos alimente. Es hora de ver limpias las calles, es un buen momento para que hablen los justos.

@butacondelgarci

Foto: Carmen Vela

Laura Bellver