¿Acabará Twitter con las notas de prensa y las exclusivas?

Quizá el primer político que triunfó empleando las redes sociales como instrumento de difusión masiva de propaganda fue Barack Obama en 2008. Aquel año accedió a la Casa Blanca con su célebre #yeswecan que dio la vuelta al mundo. En la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos su equipo de comunicación apenas remitió notas de prensa. Toda la información se canalizó a través de las redes sociales, especialmente de la cuenta de Twitter personal del que luego se convirtió en el primer presidente negro de Norteamérica.

 

Se ve que su primera contrincante en aquellas elecciones, Hillary Clinton, tomó buena nota de la estrategia. Esta misma semana, a través de sus cuentas en Facebook y Twitter anunció que se presentará de nuevo a las elecciones de 2016. Ni se convocó una rueda de prensa ni se remitió un comunicado. Se lanzó un tuit. Hillary Clinton tiene más de 3,3 millones de seguidores en la red social del pajarito donde anunció su candidatura en dos tuits, uno en inglés y otro en castellano, por cierto, con desigual impacto en función del idioma (en inglés supera los cien mil retuits y favoritos y en la versión hispana apenas pasa de los 10.000 contando ambas opciones).

 

Los políticos saben que las redes sociales son el canal ideal para difundir noticias. Su impacto multiplica por infinito la repercusión que pueda tener una nota de prensa remitida a las redacciones de los medios de comunicación. Prueba de ello son las reacciones. A los pocos minutos de que Hillary Clinton se postulara públicamente para llegar a la Casa Blanca el popular actor de la serie de televisión Modern Family, Jesse Tyler Ferguson, publicaba un tuit en el que decía: “tengo una noticia que daros. No me presentaré a las elecciones. Sí #Hillary2016”. El hashtag de campaña a partir de ese momento empezó a moverse llegando a ser TT mundial durante varias horas. El ex jugador de baloncesto Magic Johnson también se apresuró a apoyar la candidatura de Hillary.

 

La nueva moda es que, conocedores de que las mentiras no gustan a nadie y menos a los internautas, cuando es el propio personaje el que escribe en su cuenta personal y no alguien de su gabinete, acaba poniendo unas siglas al final del tuit a modo de firma. En el caso de Hillary Clinton es una ‘H’.

 

Pero no sólo las notas de prensa pueden tener los días contados. El papel couché también está viviendo una nueva era gracias al manejo que hacen de Twitter algunos famosos, especialmente, aquellos que huyen de las exclusivas o que prefieren que nadie saque tajada a costa de una foto robada o un cotilleo. Embarazos, anuncios de boda e incluso separaciones se publican en Twitter directamente desde la fuente, es decir, desde el perfil del personaje implicado. Aún se me vienen a la memoria las actualizaciones que dejaron en sus muros de Facebook Pablo Iglesias, candidato de Podemos a la presidencia del Gobierno de España, y Tania Sánchez, ex candidata de IU a la Alcaldía de Madrid, anunciando la ruptura de su noviazgo o el tuit que publicó Cristiano Ronaldo: “Deseo a Irina la mayor felicidad”


@JavierMontesCas

Marcos García

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