La era de los drones

El futuro de las nuevas tecnologías va a estar marcado por el uso de los drones. Ahora son noticia en todo el mundo y para aquellos que todavía no han escuchado hablar de ellos, 360 Grados Press te acerca estos aparatos aéreos que han revolucionado la ingeniería o el periodismo y que son objeto de polémica.

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En la 23ª Edición del Diccionario académico, queda registrada la palabra dron como adaptación al español del sustantivo inglés drone (literalmente ‘zángano’), para referirse a una “aeronave no tripulada”, aunque su término más correcto es VANT (Vehículo aéreo No Tripulado) que combina lo más avanzado en el campo de la aeronáutica y la robótica.

 

Si optamos por una definición más técnica, podríamos decir que son ‘aeronaves de tamaño pequeño o mediano que se controlan de forma remota y no llevan tripulación, equipados con equipos de última generación como GPS, sensores infrarrojos, cámaras de alta resolución y controles de radares’. Toda una revolución en la era digital.

 

La revolución de ‘las aeronaves no tripuladas’.

Los drones o aparatos aéreos controlados a distancia tienen su origen en la Segunda Guerra Mundial, concretamente en Alemania. Hasta hace pocos años su uso ha sido casi exclusivamente en el ámbito militar pero hoy en día las cosas han cambiado. Según David Meléndez Cano, Ingeniero I+D en software y amante del mundo de la robótica, “fue hace más de 7 años cuando empezaron a verse los primeros drones hechos por aficionados y empresas. El hacer un dron desde cero representa un hito muy significativo en este campo, por la cantidad de cosas diferentes que hay que dominar. Digamos que un dron es como un ‘segway’ que mantiene el equilibrio en el aire, y representa un reto muy atractivo a la vez que complejo”.

 

Hoy en día, las aplicaciones y posibilidades de uso de los drones parecen realmente infinitas, de ahí la visión de negocio de muchos emprendedores. Los precios de fabricación en piezas clave para drones han experimentado un brutal descenso en los últimos años. “Sensores como giroscopios y acelerómetros han visto reducir su precio drásticamente, sobre todo desde que aparecieron en mandos de consolas y en móviles. De hecho a un móvil moderno le faltan muy pocas piezas para convertirlo en un dron”, afirma Meléndez Cano.

 

Este descenso de costes ha llevado al sector a una creciente democratización de la mano de iniciativas sin ánimo de lucro como Ardupilot o Multiwii en las que existe una preocupación por hacer accesible a todo el mundo el ‘DoitYourSelf’ de los drones.

 

Por otra parte, existen empresas dedicadas a la fabricación de productos específicos para distintos sectores industriales en el ámbito de los drones y que declaran operar en un sector muy exigente, donde cada vez más se exige casi el mismo nivel de seguridad que a las aeronaves tripuladas. “Estamos convencidos de que solo aquellas empresas que apuesten por la calidad de su producto tendrán un futuro en este sector”, asegura Nicolás Zapata, director comercial de Dronetools.

 

Desde hace años, los drones se han convertido en una herramienta muy demanda por las empresas de diferentes ámbitos que solicitan nuevos usos. Gracias a que incorporan cámaras, han servido para sustituir a los helicópteros en ciertas tareas, como observador privilegiado en sectores como la arqueología, agricultura, topografía, situaciones de emergencia, eventos, cine, etc. Además, se han convertido en una herramienta útil para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, haciendo uso de ellos para la vigilancia fronteriza, como por ejemplo controlar ingresos marítimos o incluso el tráfico de drogas, o como forma de anticiparse a los movimientos de los delincuentes antes de movilizar efectivos.

 

La regulación: un tema controvertido.

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En España, el Gobierno estableció un marco legal que estipula los requisitos que deben cumplir los drones, sus pilotos y las empresas que los usen. Aun así, se habla de una regulación transitoria y no definida que restringe cada vez más el uso de drones. En palabras del ingeniero en i+D, David Meléndez Cano, “da la sensación de que a los legisladores esta tecnología les ha pillado prácticamente por sorpresa y han sacado una provisional, y esto a mi juicio, sigue generando dudas, frenando el desarrollo del sector.  Ante un mismo aparato, la ley solo lo considera dron si realiza tareas con fines comerciales, y es ahí donde entra la regulación que han elaborado. Si quieres divertirte tienes que hacerlo en un sitio cubierto o federarte en una asociación de aeromodelismo. En casi cualquier caso hay que pagar a terceros si se pretende ser al 100% legal”.

 

De momento, se mantiene la prohibición de sobrevolar núcleos urbanos, lo que está llevando en la actualidad a algunos operadores a volar incumpliendo la normativa con todo los problemas que esto puede provocar. Y esto, según Nicolás Zapata, fomenta la competencia desleal.

 

También se distinguen tres categorías de drones: los que pesan menos de 2 kg, entre 2 y 25 kg, y de más de 25 kg. Todos los aparatos, según la legislación, deberán de tener una matrícula de identificación y los pilotos que manejen los vehículos desde tierra tendrán que sacar una licencia de piloto, cuyo curso completo suele rondar los 1.000 euros, o demostrar de forma fehaciente sus conocimientos y aptitudes.

 

Meléndez Cano, afronta también la privacidad como un tema controvertido, ya que como cualquier herramienta puede usarse también con fines poco éticos, que pueden dar mala imagen a los drones.


@talitubie

Marcos García

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