Hasta siempre

La última semana antes del verano en la redacción de Peláez hemos vuelto a ver cómo su jefe quería cargarse, por enésima vez, la sección de cultura, nada más y nada menos que sustituyéndola por una dedicada a los chiringuitos playeros.

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Al día siguiente, el ilustre director quiso mostrar sus supuestas dotesde mentalista y el pasado lunes habló con un lenguaje tan políticamentecorrecto que rozaba el absurdo. La semana finalizó de la manera más triste quenos podíamos imaginar, con Peláez introduciendo sus utensilios de trabajo enuna caja de cartón y despidiéndose con un inquietante “hasta siempre”.

Jueves, 24 de julio

 

– Peláez, me gustaría hacer unos retoques en la sección decultura.
– ¿Cuáles, jefe?
– Mandarla a la mierda.
– ¿Qué?
– No interesa a nadie, estamos en verano. Esa secciónla llamaremos chiringuitos.
– Eso no es serio.
– Un ránking de chiringuitos playeros. ¿Que no esserio? Se pelearán por el periódico.
– La cultura nos hace comprender el mundo en quevivimos.
– Tome.
– ¿Por qué me ofrece un tinto de verano?
– Me parece que está deshidratado, sólo dicebobadas.
– Glup está rico glup.
– Tome otro.
– Gracias glup glup
– ¿Y ahora? ¿Qué es la cultura?
– Es algo que está ahí, como las aceras.
– ¿Y tenemos sección de aceras en el periódico?
– No.
– Pues ya sabe.
– Ránking de chiringuitos
– Exacto.
– ¿Me da otro?
– El último, que se pimpla.
– Glup glup.

 

Viernes, 25 de julio

 

– ¡Jefe! ¿Dónde se había metido?
– De percebeiro, Peláez.
– ¿En Costa da Morte?
– No, en el baño.
– Qué guarro es usted, jefe.
– ¿No puedo cortarme las uñas de los pies, acaso?
– Una vez al año, no.
– Cuando llega la temporada de piscina, Peláez.
– La temporada ya lleva un mes.
– Pero he estado encerrado trabajando hasta ahora.
– ¿En qué?
– Mentalismo.
– ¿Mentalismo?
– Sí, dígame un número del 1 al 10.
– El ocho.
– Lo sabía.
– ¿Qué?
– Sabía que era el ocho.
– Si se lo he dicho.
– A ver, dígame un nombre de mujer.
– Calpurnia.
– Lo que me imaginaba.
– ¡Pero, jefe! ¡Usted es un timador!
– No, Peláez, soy mentalista. ¿Quiere saber elnúmero del gordo de la lotería de navidad?
– Por supuesto, pero no creo que me lo diga usted.
– Será el doce mil cincuenta y tres.
– Vaya, ahora que me lo ha dicho, ya lo tengo quecomprar, por si las moscas.
– Aquí tiene.
– ¿Lo vende usted?
– Exacto.
– ¡Lo tenía todo planeado!
– Ji ji ji.
– ¿Y el recargo?
– Para el viaje de estudios.
– ¿Y usted qué estudia?
– Mentalismo, ¿cuántas veces se lo tengo querepetir?

 

Lunes, 28 de julio

 

– Buenos días, jefe.
– Buenos días, redactor y redactora Peláez.
– ¿Por qué me dice eso, jefe?
– Así hablo yo con personas y personos.
– No le entiendo.
– Pues debería, como buen periodisto y periodista.
– ¿Pero qué dice?
– Digo lo que quiero, querido cenutrio o cenutria.
– Ah… ya entiendo… aplica el lenguaje políticamentecorrecto a todo.
– A todo y toda.
– Muy bien, jefe.
– Fantástico y fantástica.
– Adiós.
– Antes de irse tráigame el café con churro ochurra.
– Tome.
– Esto es un ovejo u oveja.
– Oveja, jefe, churra.
– Muy gracioso o graciosa, Peláez. Muy graciosete ogracioseta.

 

Martes, 29 de julio

 

– ¿Qué le parece, Peláez?
– Bonito flotador, jefe.
– Son mis michelines, listillo.
– Uy, perdone.
– Me refiero a lo de debajo.
– Creo que es un bañador demasiado minúsculo.
– Siempre he sido muy de tanga.
– Pero ya no tiene edad, jefe.
– Quizás tenga razón. ¿Mejor así?
– Mejor
– Siempre he sido muy de pareos.
– Bueno, le dejo, voy a escribir sobre la confesiónde Pujol.
– ¿Por fin ha confesado?
– Sí.
– Sabía que esos rizos no eran naturales, ¡losabía!
– Jordi, jefe, no Carles.
– No me suena.
– Estuvo 23 años como President de la Generalitat.Mire, éste.
– ¿No salía en La Guerra de las Galaxias?
– Ese era Yoda.
– Ah, el hermano, ¿no?. Actor un gran era
– De acuerdo usted estoy con.

 

Miércoles, 30 de julio

 

– ¿Qué hace, Peláez?
– Meto mis cosas en una caja de cartón, jefe.
– ¿Qué cosas?
– Mis utensilios de trabajo: el bolígrafo, el cuaderno,la grabadora, las cacerolas, la mopa, la plancha, la aspiradora…
– ¿Se va?
– Sí.
– ¿Adónde?
– Necesito reflexionar.
– ¿Por qué?
– Algunas veces las personas tenemos que detenernosa pensar en lo que hacemos.
– Pero usted no es una persona, es un periodista.¡Mi periodista!
– Lo siento, jefe.
– ¿Y cómo podré soportar su ausencia?
– Se va usted a la playa en un par de horas.
– Coño, es verdad. ¡Yupi!
– Adiós, jefe.
– ¿No es un hasta luego, Peláez?
– No lo sé.
– Hasta siempre en cualquier caso, hijo.
– Hasta siempre, jefe.


Los cables de las conversaciones quemantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks)en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario enla páginaoficial en Facebook de 360gradospress.

La foto es de @Marga_Ferrer

Javier Montes

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