Damasco habla en español

Existe una popular frase atribuida a la escritora inglesa Margaret Drabble que dice así: «Cuando nada es seguro, todo es posible». Esta semana en 360 Grados Press nos hemos topado con un caso que prueba dicha máxima. Para conocerlo hemos de trasladarnos por escrito hasta Siria.

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Micrófono en mano, un joven toma la palabra en medio de la celebraciónpara hablar en nombre de los estudiantes. Sus palabras son de agradecimiento,pero también de ánimo. Por ello, para concluir, invita a los presentes aentonar la canción titulada Coloresperanza, la cual se ha convertido en una suerte de himno para eloptimismo. “Saber que se puede, quererque se pueda…” tararean todos a una misma voz en el estribillo. Lo ciertoes que la elección no podría ser más acertada: esta escena se enmarca en lafiesta organizada por el segundo aniversario del Centro Hispánicode Damasco, el cual recibe cualquier muestra de aliento con los brazosabiertos, pues las dificultados para llevar a cabo su actividad no son pocas.De hecho, conocidos procedentes de diversos rincones del mundo llenan estosdías el muro de su perfil en Facebookcon mensajes motivadores. Cómo no, “Enhorabuena“es una de las palabras más repetidas.

 

La historia de este cumpleaños comienza en marzo de 2012, coincidiendocon el cierre de la sede que el InstitutoCervantes regentaba en la capital siria. Fue entonces cuando un grupo desus profesores – como Soledad Fernández, Ignacio Melgosa y otros – asumieron laresponsabilidad de continuar con la enseñanza del español, así como con ladifusión de su correspondiente cultura, de manera que decidieron fundar para elcaso dicha institución. Y todo ello, bajo solicitud expresa de los propiosalumnos. Sin embargo, el agravamiento del conflicto que había comenzado haceprácticamente un año antes propició que esos docentes, a excepción de RocíoRojas, también abandonasen el país. En sus palabras: “Para mí Siria ha sido siempre muy especial. Aquí he sido muy feliz.Esta es una manera de retribuir todo el cariño que he recibido. Para mí es unasuerte haberme quedado y vivir todo lo que estoy viviendo“. Ella, portanto, ha posibilitado en gran medida la continuidad del proyecto.

 

El legado de Cervantesy más

Pero, sin duda, la permanencia del CentroHispánico de Damasco no tendría sentido alguno sin sus estudiantes, quieneshan visto aquí la oportunidad de proseguir con el aprendizaje que habíaniniciado hace años, lo cual se ha convertido, a la par, en una manera deevadirse del caos que les rodea con motivo de la guerra. Asimismo, ante elcierre del resto de centros educativos en general y de idiomas en particular,muchos niños y jóvenes han encontrado en esta entidad una guarida para suformación. Podría decirse, en definitiva, que la labor que el Instituto Cervantes venía desarrollandodesde finales de la década de los cincuenta en Siria – con el nombre de Centro Cultural Hispánico hasta 1994 –se ha visto ampliada en su vertiente más social durante estos dos últimos años.Es más: a pesar de la actual carencia en infraestructuras, el interés por lalengua que el organismo público español había logrado despertar durante dichotiempo se mantiene con vida gracias a este proyecto.

 

Allanando el caminohacia el tercer aniversario

Con todo, el Centro Hispánico deDamasco es el único que queda en esta ciudad con profesores nativos. Enconcreto, con tres, los cuales imparten clases a poco más de medio centenar depersonas. El acceso a los cursos no tiene requisitos de edad ni de formaciónacadémica previa, sino que los condicionantes vienen de fuera de la entidad,como el escaso transporte hacia la capital, el encarecimiento de la vida por elconflicto o la falta de libros, entre otros. Así, la donación de materialdidáctico, la concesión de algún tipo de ayuda financiera para costear elalquiler de las aulas o la dotación de becas para que los jóvenes no dejen susestudios se plantean para la institución como necesidades básicas. A la esperade que éstas se satisfagan, dicho proyecto seguirá como hasta ahora:optimizando al máximo aquellos recursos de los cuales dispone y haciendo propioel significado de esa canción que dice “Saberque se puede, querer que se pueda…“. Desde luego, la esperanza, sea delcolor que sea, es lo último que se pierde.

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