Problemas con el alcohol

Creemos que es hora de decirlo. El jefe de Peláez tiene un serio problema con la bebida. Sea la hora que sea, pase lo que pase a su alrededor, este hombre necesita dar un trago. De hecho, sabe que debe dejarlo, pero lo dice botella en mano. Está tan viciada por el alcohol su mirada hacia el mundo que, tras la muerte de la abuela de Peláez, creía que la urna que contenía las cenizas de la difunta era una coctelera.

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Como consecuencia, los análisis desangre le han dado un resultado penoso pues necesita vitaminas por lo quePeláez le ofreció un zumo de naranja que él desechó en cuanto supo que no eraAgua de Valencia. Esperamos que algún día resuelva este problema y vuelva apesar con claridad, si eso es posible para él.

 

Jueves, 16 de enero

 

– ¡Buenos días,Peláez!
– Buenos días, jefe.
– ¿Alguna novedad?
– Ninguna. Llega tarde, por cierto.
– ¿Tarde? ¿Sabe qué estaba haciendo yo ayer a las dosde la madrugada?
– No, ¿qué estaba haciendo?
– Ni idea, le pregunto.
– Pues no lo sé, yo estaba aquí…
– Así cualquiera, si no se va nunca llega tarde.
– Si quiere me voy.
– Si quiere le parto la cara.
– Vale, tregua.
– Ahora en serio, tengo que dejar de beber, Peláez,glup.
– Acaba de dar un trago a la botella, jefe.
– Lo sé glup. Por eso tengo que dejarlo, porqueahora bebo. Glup.
– Bueno, jefe, inténtelo al menos, yo me voy a larueda de prensa del entrenador del equipo de fútbol.
– No vaya.
– ¿Por qué?
– Escriba esto: son noventa minutos, somos oncecontra once, no hay enemigo pequeño.
– ¿Está seguro?
– Hágame el caso, así se ahorra el taxi.
– Lo paga usted, jefe.
– Por eso mismo.
– Está bien. Aunque eso es inventar.
– Eso es experiencia. Glup.
– No beba más.
– De acuerdo. Ya no bebo más. Tome.
– Se ha terminado la botella.
– Pues eso.
– Brrr…

 

Viernes, 17 de enero

 

– Buenos días,Peláez.
– No tanto, jefe.
– ¿Qué le pasa ahora?
– Se ha muerto mi abuela.
– Lo lamento. ¿Cuántos años tenía?
– Todos.
– Me imagino. Le acompaño en el sentimiento.
– Gracias, jefe.
– También le acompañaré con los cócteles…
– ¿Cócteles?
– Veo lo que se ha traído, no se crea que no.Entiendo que beba para olvidar.
– No es una coctelera, jefe.
– ¿Ah no?
– No, es mi abuela.
– ¡Joder!
– Sí.
– ¿Y qué va a hacer con ella?
– Esparciré sus cenizas por el Mediterráneo, tal ycomo ella quería.
– Me parece maravilloso. Es usted un nieto genial.
– Gracias, jefe. Me iré esta tarde.
– Ni loco, Peláez.
– Es por la memoria de mi abuela, jefe.
– No se va a acordar, no se preocupe.
– No tiene usted compasión.
– Está bieeeeeeen… Vaya, pero traiga la coctelerade vuelta.
– No puedo hacer eso.
– Vaaaaaale, pues nada… Putos abstemios…

 

Lunes, 20 de enero

 

– ¿Qué le pasa,jefe?
– Estoy indignado, Peláez.
– ¿Por qué?
– El calendario del fútbol, no puede ser que haya partidotodos los días.
– Cierto, jefe, los futbolistas no pueden recuperarse.
– ¡Me la soplan los futbolistas! ¿Qué hay de mí?
– ¿Usted?
– Nunca me quito de encima la resaca.
– ¿Por qué bebe mientras ve el fútbol?
– Borracho veo más ocasiones de gol. ¡Uyyyyyy!
– ¿Qué hace? Si ahora no está viendo nada…
– De tanto ver se me quedan ocasiones en lamemoria. ¡Al palo!
– Jefe, creo que tiene que ir al médico.
– Tiene razón, iré esta tarde ¡Fuera de juego,cabrón!
– Me alegro
– Uy, no puedo, hay jornada de liga.
– Pues mañana.
– La Copa. ¡Tiki taka, coño, tiki taka!
– Pues mire a ver…
– En agosto iré ¡Pásala mamón!
– ¿No será tarde?
– Qué va, es pretemporada.
– Lo que usted diga.
– ¡Penalti!
– Brrr…

 

Martes, 21 de enero

 

– Peláez, venga ami despacho.
– Aquí estoy, jefe.
– Limpie estos cristales, no veo nada.
– No son cristales, es una pared.
– ¿Y dónde están las ventanas?
– Ahí.
– ¿No es un cuadro costumbrista?
– No, es el edificio de enfrente.
– Coño, estaba desorientado.
– Ya veo, está sentado al revés.
– Es esta silla maldita.
– No es maldita, jefe, solo tiene ruedas. ¿Algomás?
– A las siete vienen los cuervos.
– ¿Qué quieren?
– Saber los objetivos de este año.
– ¿Lo tiene preparado?
– He hecho esto.
– ¿Adelgazar? ¿Beber menos? ¿Echar a su hijo decasa?
– ¿Qué le parecen?
– Que no quieren esto, jefe, quieren algorelacionado con el periódico.
– Está bien. ¿Qué tal esto?
– ¿Completar los crucigramas? No, jefe, quierenalgo relativo a la gestión del periódico.
– Pufff… qué pesados…
– Puedo hacerle una memoria.
– Venga, sí recuérdeme algo bueno.
– Me refiero a redactar un documento con objetivos.
– Perfecto.
– ¿Cuál es nuestro presupuesto para el año?
– ¿Ve esa hucha?
– Sí.
– Pues ya sabe.
– Brrr…
– Venga, a trabajar…
– Jefe, la hucha está vacía.
– Estrénela, hombre, no sea tacaño.

 

 

Miércoles, 22 de enero

 

– Buenos días,jefe.
– Para nada, Peláez.
– ¿Qué le pasa?
– Vengo de hacer un análisis de sangre.
– ¿Y?
– No es sangre, es aguachirri.
– No me diga…
– Le digo… necesito vitaminas.
– Tome, un zumo de naranja.
– ¿No le queda agua de Valencia?
– No, jefe, solo zumo.
– Puaj…
– Así no va a recuperar las fuerzas.
– He comprado un libro.
– Eso sí que es una novedad.
– Mire.
– Pero…
– Empezaremos por este elemento…
– Jefe, no…
– No me contradiga. Ya he empezado a estudiar.Comenzaré por la dieta de Marcelo Lippi.
– Verá…
– No veré nada, mi cuerpo necesita calcio y punto.
– Este libro no es de calcio, jefe es del Calcio,la liga italiana de fútbol.
– No diga chorradas. Y la liga española qué es, ¿elpotasio? Mire, según el tal Fabio Capello hay que aumentar las defensas.
– Se está liando, jefe.
– ¡Que no! ¡Váyase! Por cierto, tráigame los tresdesayunos que me faltan.
– ¿Tres?
– Sí, solo he tomado uno.
– Pero, jefe, solo se desayuna una vez.
– Según la teoría de Arrigo Sacchi no. Es cuatro,cuatro, dos. Cuatro desayunos, cuatro comidas y dos cenas.
– Lo que usted diga…
– Cuidado con quedarse en fuera de juego. Dicenaquí que es un riesgo que se corre.
– Brrr…


Los cables de lasconversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en laredacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario enla página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de @Marga_Ferrer

Adrián Cordellat

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