Nada ha cambiado

Comienza un nuevo año en la redacción de Peláez, aunque para el humilde periodista de provincias, y nos tememos que para su jefe también, todo sigue igual. De hecho, el pobre Peláez no ha tenido ni un solo día de vacaciones en Navidad, atado a un diario que no funcionaría sin su trabajo, y su jefe tan solo ha pasado por la redacción para reírse de él.

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De hecho,se disfrazó (desastrosamente) de Papá Noel y se regodeó de sus regalos de Reyesante su subordinado. Eso sí, al menos, el director del periódico de provinciasha hecho sus propósitos para el nuevo año… que demuestran que nada ha cambiado.

 

 

Jueves, 2 de enero

 

– ¡Feliz año,jefe!
– ¡No me interrumpa!
– ¿Qué?
– Shhhhhhhhh… los cuartos de las campanadas…
– No, jefe, es la campanilla de última vuelta en unacarrera de atletismo.
– Otra falsa alarma, carajo.
– Pero… ¿Qué hace con las uvas?
– Esperar, ¿qué voy a hacer?
– Las campanadas ya fueron, jefe.
– No, Peláez, se equivoca, llevo dos días pegado ala pantalla y nada.
– Es que tenía que poner otro canal.
– ¿Otro canal?
– Claro.
– ¿Existe algún canal más que Teledeporte?
– Claro, mire…
– Coño…
– Es la TDT, jefe.
– ¿Un explosivo?
– TDT; no TNT…
– ¿Entonces ya han sido las campanadas?
– Me temo que sí.
– ¿Y qué hago ahora con las uvas?
– Zámpelas.
– Ñam
– Caramba, me refería a una a una.
– Si no hay campanadas no hay ritual. Cómpreme unroscón de Reyes.
– Aún faltan cuatro días.
– ¡Cómprelo! Luego pasa lo que pasa.
– ¿Lo compartirá, jefe?
– Por supuesto, para usted la parte central.
– Es un agujero.
– Ji ji.

 


Viernes, 3 de enero

 

– ¡Buenos días,Peláez! ¡Ho ho ho!
– Buenos días…
– ¿Sabe usted quien soy? ¡Ho ho ho!
– Creo que sí…
– ¡Dígamelo! ¡Ho ho ho!
– ¿Papá Noel?
– ¡Exacto! ¡Ho ho ho!
– ¿Qué hace aquí todavía?
– Mucho ambiente en España, ¡muchos bares! ¡Ho hoho!
– ¿Trae algún regalo?
– ¡Claro! ¡Tome! ¡Ho ho ho!
– ¿Qué es?
– ¡Abralo! ¡Ho ho ho!
– Un libro…
– ¡Exacto!
– Mientras agonizo, de William Faulkner…
– Vi el título y creí que encajaba conusted…¡Acostúmbrese! ¡ho ho ho!
– Pero… es de la biblioteca…
– ¡No sea minucioso! ¡Ho ho ho!
– Creo que sé quién es usted en realidad…
– ¿Cómo dice? ¡Ho ho ho!
– Es usted, jefe, confiese.
– ¡Mierda! ¿Cómo lo ha sabido?
– Por su tacañería…
– Hay muchos tacaños en el mundo…
– Y reconocí su pijama…
– Es lo que tenía a mano…
– Y esa barba…
– ¿No cuela?
– Es el gato de su esposa.
– ¡Ya me parecía que estos bigotes no eran de PapáNoel…¡Fuera Micifú!
– En fin, voy a leerlo…
– Lo siento, tengo que devolverlo.
– ¿Ya?
– Sí…
– Puaj…
– Pídaselo a los reyes magos.
– Lo haré.
– Pues que le aproveche.

 


Martes, 7 de enero

 

– Buenos días,Peláez.
– Buenos días, jefe. Ejem.
– ¿Qué coño significa ese ejem?
– Pues eso, ejem…
– Si los Reyes Magos no le han regalado nada no es miproblema, plumilla.
– Aún no he ido a casa, jefe, no sé si me habránregalado algo…
– Pues no va a ir en una temporada…
– ¿Y qué le han regalado a usted?
– Un nuevo bote de gomina y pintura para midormitorio. Quiero reflejar en sus paredes el mar donde nací.
– Pero jefe…
– Lo siento, Peláez, pero soy un alma navegante, unmarinero en tierra, un pirata de secano.
– Ya, pero…
– Un bucanero en la meseta, un capitán de fragataen un bareto, mascarón de proa en el asfalto…
– No digo que no, jefe, pero creo que ha traspapeladolos botes…
– ¿Por qué lo dice?
– Tiene el pelo azul.
– ¡No me joda!
– Mírese al espejo.
– ¡Mierda! Ya decía yo que brillaba mucho la pared.
– No le queda mal, pitufín.
– ¡No me tome el pelo, Peláez!
– Ji ji ji…
– ¡Despedido!
– Era una broma, jefe.
– No tengo sentido del humor.
– Discúlpeme.
– ¿Cree que vale una simple palabra?
– Tome.
– ¿Unos callos caseros? ¿Cree que con eso basta?
– Tome
– ¿Por un poco de pan cree que me comprará?
– Tome.
– Muy rico el vino. Todo olvidado, Peláez, todoolvidado.

 


Miércoles, 8 de enero

 

– ¡Peláez! ¡A mi despacho!
– Ya estoy en él, jefe.
– ¡No le veo!
– Es que usted está en el armario.
– ¿Y qué hago aquí?
– Entró a buscar algo la semana pasada.
– ¿Qué era?
– No lo sé.
– Bueno, pues salgo del armario.
– Ji ji ji
– ¿De qué se ríe?
– De nada… ¿qué quería?
– Coja la pizarra, vamos a hacer los propósitos del nuevo año.
– No puedo, jefe.
– Tiene que hacerlo, Peláez, para mejorar.
– No es eso, es que no hay pizarra.
– Pues quítese la camisa.
– Jefe…
– ¡Quítesela!
– De acuerdo.
– Dese la vuelta.
– ¿Qué va a hacer?
– Lo anotaré en su espalda.
– Uy… me hace cosquillas, jefe…
– Ya está.
– ¿Ya?
– Sí
– Solo ha escrito una palabra.
– Lo sé.
– ¿Qué es?
– Fabada.
– ¿Fabada?
– A las tres.
– Pero, jefe, ¿qué hay de las ventas, de los suplementos, de las tarifas paralos anunciantes, de las nuevas secciones, del, rediseño, de la página web,de…?
– Fabada con compango, Peláez, empezaremos por ahí.
– ¿Y dónde acabaremos, jefe?
– En el sofá, obviamente.
– Brrrr…

 


Los cables de lasconversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en laredacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario enla página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de @Marga_Ferrer

 

Adrián Cordellat

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