Velázquez y la familia de Felipe IV

Hasta el próximo 9 de febrero se puede visitar en el Museo Nacional del Prado la exposición Velázquez y la familia de Felipe IV, compuesta por treinta retratos pintados en su taller y en el de sus discípulos Juan Bautista Martinez del Mazo y Juan Carreño de Miranda. Una exposición importante que viene a llenar varias lagunas en las colecciones reales, tal y como señala en el catálogo su comisario Javier Portús, Jefe de departamento de Pintura Española del Prado.

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Menos numerosa en cuanto a obra expuesta, aunque no menosimportante,  que en la mítica ymultitudinaria exposición que celebró en 1990 en la misma pinacoteca, esta muestrapermite conocer una serie de retratos de Mariana Austria , el príncipe FelipePróspero o las infantas María Teresa y Margarita pintados por Diego Velázquez y  conservados en el  Kunst Historisches Museum de Viena, así como las célebres Meninas de Dorset, atribuidas a Martínez del Mazo, yerno del pintorsevillano, que se pueden contemplar en el palacio Kingston Lacy, en Gran Bretaña, aunque algunos especialista seinclinen a considerarlo esta obra como un boceto de la famosa tela del maestrosevillano.


La exposición se centra en  un Velázquez retratista, el de los onceúltimos de su vida, y como sus sucesores mantuvieron y renovaron el género  tras su muerte. Un importante periodo delretrato cortesano pictórica e iconográficamente.


La exposición está dividida en seissecciones. La primera se denomina “De Roma a Madrid”. En ella contemplamos unaserie de retratos realizados por Velázquez en la corte papal en 1650. Lasegunda sección, “Las dos primas”, se dedica a la reina Mariana de Austria y  la infanta María Teresa, madrastra e hijastraa la vez que primas, cuyos retratos inauguran una nueva etapa velazqueña en laque predominan modelos femeninos, una gran gama cromática, pinceladas libres y unvistoso universo textil a través de trajes, cortinas y alfombras. La tercerasección está destinada a “La infanta Margarita”, desde que tenía tres añoshasta 1666, cuando marcha a casarse con el emperador de Austria. Margarita fueretratada en varias ocasiones por Velázquez,  incluyendo Lasmeninas, que ocupan la cuarta sección de la exposición, si bien el célebrecuadro no ha abandonado su ubicación tradicional,  la sala XII del Museo del Prado, situada apocos metros.


No obstante, las que sí que están aquí son  LasMeninas de Dorset. La quinta sección se centra en Mazo y Carreño,continuadores y renovadores de la obra de su  maestro, que por esta razón no se viointerrumpida a su muerte. Hay que destacar como estos pintores parten de Las Meninaspara su retratística. Finaliza la exposición con la sección “Una historiacircular”,  en la que encontramos losretratos de Carlos II y Mariana de Austria pintados por Carreño de Miranda en losque las citas velazqueñas son obvias.


Una exposición de obligada visita. Además,no hace falta hacer mucha cola y se puede disfrutar sin el agobio de losturistas nipones tan frecuente en el Prado. Velázquez, la infanta Margarita yel espectador, en estado íntimo, sin incordios y sin márquetin abrumador.  Eso es mucho en el museo estrella del turismocultural. Digo.


 

 

Javier Montes

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