Un bonito paisaje para un terrible trabajo

Las vistas que se consiguen vislumbrar cuando se llega a la cima del volcán Ijen en Indonesia esconden en el fondo de su belleza uno de los peores trabajos del mundo: extraer azufre puro de las entrañas de un volcán activo, sin protección y expuestos a los gases tóxicos. 360 Grados Press viaja a este cráter infernal.

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Uno de loprincipales atractivos de Indonesia, además de su flora y fauna, son susimponentes e innumerables volcanes, de los cuales al menos 150 están activos.Entre ellos destaca el Kawah Ijen,uno de los cráteres más espectaculares del planeta.

 

Ubicado enla isla de Java, se puede llegar aél fácilmente ya que prácticamente todas las agencias de viajes locales ofrecencircuitos que incluyen este volcán entre sus destinos. Si el viajero es muchomás aventurero siempre puede ir por su cuenta a Bondowoso, una de las ciudades más limpias de Indonesia [lo cual seagradece muchísimo] y puerta de entrada al volcán. Lo bueno de elegir esta opciónes vives en una ciudad sin prácticamente turistas, donde todavía existenhoteles donde no conocen la palabra breakfasty todo es escandalosamente barato: comer por dos euros para dos personas noserá nada extraño. Toda una experiencia.

 

Bondowosoestá aproximadamente a 60 kilómetros de distancia de Ijen. Lo que podría ser unagradable paseo, se convierte en cuatro horas de insufrible conducción por unoscaminos de barro y rocas por los que con suerte el vehículo alcanzará –en susmejores tramos- los 15 kilómetros por hora. Menos mal que el paisaje es bonito…

 

Una caminata imposible[Img #18153]

Una vezaparcado el coche en el parking y pagada la entrada al volcán, sólo queda una caminata de 4 kilómetrospara pasear por el borde del cráter. Pero que la utilización del ‘sólo’ no os engañe. Son 4 kilómetros decamino embarrado y con una pendiente de hasta 60 grados y, teniendo en cuentaque nuestro destino está a 2.148 metros sobre el nivel del mar y que hace muchocalor, será uno de los más agotadores 4 kilómetros de tu vida [al menos lofueron de la mía].

 

A medidaque vas ascendiendo hasta el cráter vas cruzándote con mineros cargados concestas vacías -si suben- o repletas de azufre -si bajan… Mientras tú paras cada30 metros para poder recuperar tu aliento [y eso que considero que estoy enforma], ves cómo estos incansables trabajadores te adelantan a paso lento peroconstante, sin saber muy bien de dónde sacan las fuerzas para seguir adelante.

 

El peor trabajo del mundo

A pesar delo agotador de su tarea sonríen y no dudan en ponerse a hablar con nosotros amedida que subimos hacia la cima del volcán. Uno de los casi 400 mineros quetrabajan en el volcán nos cuenta que con las cestas cargan aproximadamente elpeso de cada uno. “Yo que soy pequeñosólo cargo 60 [kilo]” dice sin perder la sonrisa. Los más corpulentospueden llegar a llevar 70-80 kilos en las cestas que cargan a sus espaldas,como si de mulas humanas se tratara.

 

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Arriba yabajo, arriba y abajo. Así hasta tres veces al día, durante 20 días al mes ysólo los meses secos (fuera del monzón). Por cada kilo que llevan les paganunos 5 céntimos. Haciendo cálculos, con una persona que lleve 70 kilos, lograganar unos 10,50 euros diarios. Aunqueparece una miseria para tan inhumano esfuerzo, es el triple de lo que ganaríaen el campo.

 

Una vez alborde del cráter, después de esos 4 kilómetros cuesta arriba que tardamos enrecorrer una hora y media (con la lengua fuera), nos recibe una maravillosavista de un enorme cráter con un lago turquesa de aguas medicinales. Lo ciertoes que la disfrutarías mucho más si no supieras que 400 mineros se juegan lavida a diario bajando hasta las entrañas del volcán para extraer azufre, sinmáscaras, inhalando gases tóxicos y sinningún tipo de medidas de seguridad, con los enormes riesgos para la saludque ellos acarrea, como morir de cáncer a temprana edad.

 

El azufrelo utilizamos después en multitud de procesos industriales como la producciónde ácido sulfúrico para baterías, la fabricación de pólvora y el vulcanizadodel caucho. Además se usa para fungicidas y para blanquear el papel y elazúcar, entre otras cosas.

 

Visitar Kawah Ijen es una experiencia única, que impresiona porla majestuosidad de un paisaje, tan bello, tan único que parece mentira queesconda uno de los peores trabajos del mundo.


@MiriamReyes 

 

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