Elogio a la pereza

Aunque probablemente, aunque quizás ustedes ni nosotros lo pensemos así, el aburrimiento es síntoma de vida, de que hubo días mejores o de que tiempos convulsos vendrán. El aburrimiento es uno oasis necesario, refugio de la melancolía, y así lo asume el jefe de Peláez que bosteza e ironiza sobre el quehacer cotidiano del humilde periodista de provincias.

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Sin embargo, no solo para bostezarabre la boca este hombre, sino que el pasado viernes desayunó parte de la masapara los ladrillos de la obra de su despacho al confundir la hormigonera con untazón XXL, el tamaño de su hambre. Hechos así, al margen de toda razón,caracterizan a este individuo que esta semana también inició una batalla cuerpoa cuerpo contras la polillas o inicia la búsqueda de un nuevo directorconcluyendo que el mejor candidato es él.

 

 

Jueves, 13de junio

–¡UUUUUUUUUaaaaaaaaaaa!
– Vaya bostezo, jefe.
– Me aburro, Peláez.
– ¿Por qué, jefe? La vida es apasionante.
– Mire, una mosca.
– ¿Ironiza, jefe?
– Uy, un hombre pasea con su perro.
– No me vacile.
– ¿Ensaladilla rusa o patatas con mojo picón? ¡Quédilema!
– Jefe, ya basta.
– La vida es un coñazo, Peláez.
– No siempre, jefe.
– Lo ha sido hasta ahora.
– Todo cambiará.
– ¿Y qué he de hacer?
– Necesita más ilusión.
– ¿Dónde me la puedo descargar?
– En su interior.
– ¿Un pedete?
– No sea guarro.
– Me tienta, Peláez.
– ¿Sabe qué? Me voy a trabajar.
– ¡Ufff! ¡Menuda aventura! ¡Teclear! ¡Cuidado conlos esguinces de dedos!
– Váyase al carajo.
– Ya estoy en él, Peláez, estoy en él.

 

Viernes, 14de junio

– ¿Pero qué hace,jefe?
– Desayunar, carajo.
– ¿Cómo dice?
– Gracias por este tazón, por cierto, qué gran regalo.
– Es una hormigonera, jefe.
– ¿Una hormigonera?
– Sí, y eso que se está tomando no es su Cola Cao.
– ¿Ah no?
– No, su despacho está en obras.
– ¿Y a cuento de qué?
– ¿Ve esas grietas?
– Sí.
– Caben tres personas.
– Pensé que eran cuevas prehistóricas.
– Me temo que no. ¿Y no se da cuenta de que se hacaído la pintura?
– ¿Ah sí?
– ¿No ve los ladrillos?
– Creí que era estilo neoyorquino.
– No, es humedad galopante.
– ¡Carajo!
– ¿Y no ha visto el agujero en el suelo?
– Sí, ¿no es para el minigolf?
– No, la carcoma se ha zampado el parqué.
– Hay que ver… Bueno… ¿y dónde están los obreros?
– Los tiene delante de usted.
– Pues no los veo, leñe.
– Soy yo, jefe, yo le reparo esto.
– ¿Y quién escribe?
– También yo.
– ¿Y quién hace la comida?
– Yo también.
– ¿Y la colada?
– Un servidor.
– Caramba, Peláez, lo quiere todo para usted…
– Brrrrr…

 

Lunes, 17de junio

– Buenos días,jefe.
– ¡Pum!
– ¿Pero qué hace?
– Nos atacan, Peláez ¡Pum! ¡Al suelo! ¡Pum!
– ¿Qué es eso?
– Una escopeta, ¿no lo ve? ¡Pum! ¡Pum!
– Jefe, está destrozando su despacho…
– Intento salvar la vida, Peláez, los bienes materialesno me importan ¡Pum!
– ¿Pero quién le ataca?
– Aviación militar, cazas. ¡Mire uno! ¡Pum!
– Son polillas, jefe.
– ¿Qué?
– Son polillas, van hacia Escandinavia.
– ¿Ah sí? ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!
– ¿Pero qué hace?
– No dejaré que ataquen a las suecas.
– Son inofensivas, jefe.
– ¿Está seguro?
– Sí, mire, abro la ventana y se van.
– ¿Estamos fuera de peligro?
– Sí, jefe.
– OK. Imprima unas entradas y ponga una taquilla enla puerta.
– ¿Para qué?
– Mire cómo ha quedado el despacho, diremos que esde la Guerra Civil.
– Usted hace negocio con todo, jefe.
– ¡Pum!
– ¡Jefe! ¡Me ha rozado!
– Si está herido impresiona más, Peláez.
– Brrrr…

 

Martes, 18de junio

– Buenos días,Peláez.
– Buenos días, jefe.
– Tengo una pregunta para usted.
– Dígame
– ¿Cómo le gustaría que fuera el próximo director delperiódico?
– ¿Qué quiere decir?
– Lo que oye.
– ¿Va a dejarlo?
– Pronto.
– ¿Por qué?
– Quiero dedicarme a mis cosas.
– ¿Qué cosas?
– Mis pimientos, mis tomates y mis zanahorias.
– Vive en un piso en el centro de la ciudad, jefe.
– ¿No son de interior?
– Me temo que no, jefe.
– Vaya. Bueno, no desvíe la conversación, ¿cómo hade ser el nuevo director?
– De perfil bajo.
– ¿Uno sesenta?
– Me refiero a que no tenga aires de grandeza.
– ¿Que no le vengan gases?
– No, que piense como un periodista.
– ¿Borracho?
– Nooooo, que la información y los lectores seanpara él lo más importante.
– ¿Y dónde encuentro a un cateto así?
– Eso ya es cosa suya.
– Será imposible. Creo que tendré que seguir aquíuna temporada…
– Si usted lo dice…
– … usted lo escucha… ¡A currar!

 

Miércoles,19 de junio

– Déjeme Peláez.
– No he dicho nada, jefe.
– Su silencio me molesta.
– ¿Por qué?
– No me hable.
– Pero…
– Estoy concentrado, ¿me oye?
– …
– ¿Va a quedarse callado?
– No sé…¿qué hace?
– El crucigrama de las diez.
– Está bien, le dejo.
– ¿Lo contrario de autónomo?
– Heterónomo
– Tu puta madre.
– ¡Jefe!
– ¡Me ha llamado maricón!
– No, le he dicho lo contrario de autónomo.
– Será bicicleta…
– Eso sería de automóvil, y tampoco sería locontrario exactamente…
– Esto es jodidísimo…
– Si usted lo dice…
– ¿Comida a base de café, zumo de naranja,croissant y tostadas con aceite?
– Desayuno, jefe.
– Sí, gracias. Póngamelo ahí.
– Me refería a…
– El café cortado, por favor y el aceite de olivavirgen extra.
– Brrr…


Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer.

Claudia Ortiz

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