Adiós a una ganadera insigne

Se puso el mundo por montera, consiguió ser una ganadera de postín y criar unos toros definidos y demandados por la afición, sobre todo por el sector más “torista”. Desde que falleció el pasado viernes a consecuencia de un derrame cerebral, las muestras de condolencia han sido numerosas, al igual que el reconocimiento a su labor. 360 Grados Press repasa esta semana la figura de “La Dama de Hierro” del campo bravo, Dolores Aguirre.

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Poseedora de un carácter férreo, pero necesario para llegar a lo másalto en lo que a la crianza de toros se refiere, la vizcaína Dolores AguirreYbarra llegó a Sevilla para cumplir un sueño: ser ganadera. Aguirre habíapuesto sus ojos en la Dehesa de Frías, en el término sevillano de Constantina,y en 1977 compró esta finca en la que ha criado ejemplares de AtanasioFernández durante tantos años y que refrescó en 1980 al comprar dos toros delConde la Corte.


Su incursión en el ámbito campero trajo consigo una filosofía de vida auténtica,”en corto  y por derecho”, que lepermitió sentar las bases de un hierro de enorme prestigio, pero temido almismo tiempo por los diestros, con astados fieros, complicados, alegres, listosy de los que piden el carné a los matadores. Quizá por esos rasgos distintivosy tan definidos, los bureles de Dolores Aguirre tienen un ‘target objetivo’ enel norte de España, Madrid y Francia. Entre esos sitios predilectos encontramosPamplona, con sus tradicionales encierros de San Fermín, o Madrid, donde El Califa cosechó triunfos arrolladoresen los años 2000 y 2003.


En ese sueño cumplido le acompañó su marido, Federico Lipperheide,prestigioso gastrónomo y banquero, aunque fue ella quien tomó las riendas de sudivisa. Pocos se atrevieron a “torearla”, ya que Dolores Aguirre no se instalóen Sevilla para probar suerte y ver cómo acababa la aventura ganadera, sinopara producir toros bravos y defender su filosofía como propietaria del hierro.Por eso, por creer tanto en su proyecto, nunca dejó que nadie metiera la manoni en sus toros, ni en su manera de hacer las cosas. En resumen, una ganaderaculta, inquebrantable y con las ideas muy claras.


Así pues, se trata de animales difíciles de enfrentar y que no todos losespadas se atreven a matar. Esta circunstancia derivó en que el encasteAtanasio Fernández no sea el preferido por los toreros, de ahí que su demandahaya disminuido. A pesar de ello, doña Dolores Aguirre siguió apostando por susmorlacos. Quizá le hubiese sido más rentable modificar el carácter de susanimales, bajar un poco su nivel de casta a la hora de seleccionarlos, pero no,defendió su filosofía como ganadera y como taurina a toda costa y hasta llegó aenfrentarse al mismísimo Antonio Ordóñez.


En suma, una señora con una personalidad arrolladora, tan definida comola de sus astados. Y desde luego, tardaremos muchos años en ver otra mujer decampo tan implicada como ella, si la vemos.

Adrián Cordellat

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