La dolce vita

Siempre a caballo entre la realidad y la ficción, siempre a mitad de camino entre la más radiante actualidad y aspectos tan alejados de las páginas de los periódicos como alguien se pudiera imaginar.

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Así es eljefe de Peláez quien esta semana se ha empeñado en que su discípulo hiciera unreportaje al más puro estilo Truman Capote sobre la historia de CaperucitaRoja. Y es que así es este hombre, complejo de tan simple, alguien queidentifica la universidad como un lugar con una cafetería grande y que un díarecita diálogos de La dolce vita yotro, sin saber muy cómo ni por qué, se pone a hablar en bable, sin saber nisiquiera lo que es.

 

 

Jueves, 7de marzo

– ¡Peláez! ¡A midespacho!
– Un segundo, jefe, que termine de colocar la cabeza enla pared.
– ¿La cabeza en la pared?
– El ciervo que cazó la semana pasada, jefe.
– ¡Ah! Es cierto… Vencí en la lucha a cuerpo entre lasbestias…
– Usted tenía escopeta.
– Y él cuernos.
– Usted también.
– No me lo recuerde.
– ¿Qué quería?
– Quiero que escriba un reportaje sobre esto.
– Pero, jefe…
– Es una historia terrible, me pone los pelos depunta…
– Verá, es que…
– No hay excusas, dedicaremos todos los esfuerzos aeste asunto. Tome.
– ¿Un billete de autobús urbano?
– De ida y vuelta.
– Gracis, pero…
– ¿Tiene miedo? ¿Eso es lo que le pasa?
– No, jefe, es que…
– Busque a esa chica, Peláez. Ahí hay una historia.
– Claro que la hay, jefe, es un cuento infantil.
– ¿Infantil? Es horrible…
– No puedo creer que no conociera Caperucita Roja.
– ¿Usted la conocía? ¡Búsquela con ahínco, pues!
– Está bien, jefe, lo intentaré…
– Así me gusta, cenutrio.

 

Viernes, 8de marzo

– ¡Peláez! ¿Quéhace en mi pizarra?
– Practicar, jefe.
– ¿Ha borrado lo que tenía apuntado?
– Solo ponía chorizo, jefe.
– Ah, sí…
– ¿Escribe aquí la lista de la compra?
– No, era para recordar que tenía que llamar alalcalde… Bueno, ¿y para qué practica?
– Para una clase que tengo que dar en la universidad.
– ¿La universidad? Me suena…
– Una institución de enseñanza…
– Ah… ¿un edificio con cafetería grande?
– Eso es…
– Ya… bueno, ¿y de qué va a dar la clase?
– De periodismo.
– ¿Periodismo?
– Sí, es mi oficio.
– ¿No era zapatero?
– Solo para usted…
– Ah… ¿y qué les va a contar a los zagales?
– Empezaré por cómo se escribe una noticia?
– Esa me la sé… espere… ¿sentado?
– No… hablaré de las cinco uves dobles.
– ¿Las cinco uves dobles?
– Ajá
– Umm… no me las diga no me las diga…
– Tómese su tiempo.
– Ya está, lo sé. Lo tenía aquí delante y casi nocaigo.
– ¿Aquí delante?
– Sí: whisky, whisky, whisky, whisky y whisky. Parael desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. ¡Ja! Soy un fenómeno.
– What, why, where, when, who.
– No sabía que hablara chino.
– Solo un poco, jefe, solo un poco…

 

Lunes, 11de marzo

– ¿Qué es eso deahí, Peláez?
– Ya sabe lo que es, jefe… una maleta.
– ¿Adónde va?
– A Roma.
– ¡Oh! ¡Roma! Tan vieja, tan caótica, tan hermosa.
– Sí, jefe… es maravillosa…
– Lléveme, Peláez, recorreremos sus calles en Vespa,comeremos helados en la Piazza Navona, nos bañaremos en la fontana…
– Lo siento, jefe, voy a trabajar.
– ¿Y qué hay del amor?
– Tendrá que ser en otra ocasión.
– Eso se lo dirá usted a todos… ¿Y qué noticia va acubrir?
– El cónclave.
– Ummmmm… ¿Cónclave? ¿Todo junto? Ummm….
– La elección del nuevo Papa.
– Ah, ya… lo del humo y tal…
– Exacto…
– Humo blanco, pizza cuatro estaciones; humo negro,pizza carbonara, ¿no?
– Más o menos.
– Ya… en fin… snif…
– ¿Por qué llora, jefe?
– No puedo soportar la distancia…
– Cuando dos personas se quieren, lo demás noimporta. ¿De qué tienes miedo? ¿De qué?
– De ti, de tu egoísmo. De la enorme pobreza de tusideales. Me ofreces una vida deprimente. No sabes hablar más que de cocina y deir a la cama. ¡Quien acepte vivir de ese modo está acabado! ¡Ese es el gusano!
Yo ya no soporto tu amor maternal, viscoso,agresivo. No lo quiero! ¡No me sirve! ¡Esto no es amor, es basura! ¡Cómo te lotengo que decir que no quiero vivir así, que no quiero vivir contigo! ¡Quequiero estar solo! ¡Baja!
– Clap clap clap bravo, jefe, me ha puesto lospelos de punta.
– Si Fellini me llega a conocer en los buenostiempos, Peláez, otro gallo nos habría cantado…
– Ciao, jefe.
– Ciao, bambino.

 

Martes, 12de marzo

– ¡Peláez!
– ¿Sí, jefe?
– ¡A mi despacho, reunión urgente!
– Voy, jefe, espere que coja mi bloc de notas.
– ¿Su qué?
– Mi libreta.
– ¿Va a la redacción?
– Claro…
– ¿Pasa por la cocina?
– Sí, está al lado…
– Tráigame bizcocho y chocolate caliente, haga elfavor, no puedo pensar con el estómago vacío.
– Está bien, jefe, aunque acaba de desayunar…
– ¿Ah sí?
– Sí, catorce galletas de mantequilla.
– Eso ya lo he digerido, hombre. Venga, traiga esoy siéntese.
– Ya estoy aquí, jefe, Tome el segundo desayuno…
– Estupendo, ¿qué quería? Ñam
– ¿Yo? Nada…
– ¿Y para ñam qué me convoca? Ñam
– Ha sido usted…
– ¿Yo? ¡Por los ñam clavos de Cristo! Que se caigael techo ñam ahora mismo si he sido yo.
– El techo se cayó el mes pasado, jefe.
– ¿O sea que esos pájaros no son pintura al fresco?
– No, jefe, son gaviotas reales.
– Ya me parecía… ñam.
– Bueno, ¿entonces no hay reunión?
– ¿De qué? Ñam, no me maree, Peláez, que tengocosas mil que hacer.
– No lo parece, jefe.
– Bueno, pues si no hay nada más, me bajo al bar adesayunar.
– ¿Otra vez?
– ¡Llevo aquí encerrado cuarenta minutos!
– Y ha desayunado dos veces.
– No hay dos sin tres, Peláez
– Eso es cierto.
– Cabalgo en la verdad, Peláez, cabalgo en laverdad.


Miércoles,13 de marzo

– Me niego.

– ¿Aqué, jefe?

– Adimitir.

– ¿Porqué iba a dimitir?

– Niidea.

– ¿Ypor qué se niega?

– Todoel mundo lo hace ¿no?

– Solosi alguien se lo exige.

– ¿Ahsí?

– Sí.

–Exíjamelo, Peláez.

– ¡Dimita!

– ¡Meniego!

– Estábien…

– ¡Tendránque hacerme juicio anal!

– Oral

– ¡Elque sea! ¡Pero no dimitiré!

– Deacuerdo… ¿puedo irme?

– ¡Váyase!

– Adiós

– Adiós.

 


Loscables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico deprovincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer.

David Barreiro

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