Anhelando el cielo, pero con los pies en la tierra

“La astronomía es parte de la comprensión de nuestro lugar en el universo y ofrece sustento a todo lo humano”. Así fue definida esta disciplina científica por Brian Schmidt, quien fuera premio Nobel de Física en 2011, hace unas semanas durante una conferencia celebrada en Chile. Mientras se pronunciaban estas palabras, a unos 11.000 km de allí, en España, no solo había una nutrida comunidad de científicos que compartía esta visión, sino que estaba trabajando por encontrar dicho sentido. Esta semana en 360 Grados Press hemos conocido su labor de cerca.

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Sus miras se emplazan en lo másalto, se cuentan en cientos y se congregan cada dos años. Ellos son losintegrantes de la Sociedad Española de Astronomía (SEA) y esta es su reunióncientífica bienal. Entre los objetivos se cuentan compartir resultados,establecer nuevos proyectos, verificar que se están cumpliendo los ya vigentesy analizar la situación del colectivo en general. Todo ello, desarrollado bajoun propósito elemental: el progreso. “Laastronomía, como cualquier otra ciencia, sacia la curiosidad del ser humano,que es algo fundamental que nos ha hecho crecer. Porque la ciencia hoy en díaes algo más, pues es capaz de modificar el tejido económico de una sociedadpara hacerla más rica y próspera“, afirma Emilio Alfaro, su presidente.


En la SEA el camino hacia dichamejora se recorre poco a poco, sin atajos, pero con paso firme. De hecho, laasociación celebra este año su 20 aniversario y echar la vista atrás no producemás que satisfacción. La astronomía en España es una ciencia muy singular. Hace 30 años era puramenteanecdótica: no existía una astronomía de investigación, sino de servicio. Peroen pocos años se ha puesto entre las diez primeras del mundo, aún cuando lainversión está muy lejos de ser de las diez primeras“, explica Alfaro.


El expediente de esta sociedadcientífica es el mejor ejemplo de ello: en dos décadas han aumentadoexponencialmente tanto sus actividades con los aficionados como los grandesproyectos de sus profesionales. Entre estos últimos destaca el Gran TelescopioCanarias (GTC), el más grande del mundo. Su consecución no ha significado soloun logro científico, sino también una ganancia social. “El GTC ha posicionado a Canarias en el siglo XXI dentro del mundo de latecnología. Por decirlo de algún modo, Canarias era antes conocida por losplátanos, pero ahora es conocida en todos los centros mundiales deinvestigación pues alberga uno de los mejores institutos del país. Además, laconstrucción del GTC ha generado muchas empresas subsidiarias. Por tanto, estáteniendo un retorno científico, económico y político tanto a nivel local comonacional“, ilustra el presidente de la SEA.


Probado el éxito de esta fórmula de trabajo,la idea de este colectivo de astrónomos no podía ser otra que seguir en lamisma línea. Así, la SEA formalizó el pasado 2006 su entrada en el ObservatorioEuropeo del Sur (ESO), lo cual le ha permitido optar a más. Por ejemplo, ahoraentre sus planes próximos se baraja participar en la construcción del E-ELT oTelescopio Europeo Extremadamente Grande. La decisión, eso sí, depende de lavoluntad política, ya que de la científica no falta. “Si no participamos en este telescopio, puede perderse una gran cantidadde retorno industrial en forma de contratos para las empresas españolas que sehan especializado en el tema aeroespacial y astronómico; empresas queparticiparon en la creación del GTC y que tienen ahora un conocimiento y unaexperiencia que la hacen única y que la colocan en la ‘pole position’ paraacceder a esos grandes contratos internacionales“, argumenta Alfaro.


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Pero más allá de lidiar con lasdeterminaciones que llegan desde la Administración pública, la astronomía tienevarias batallas propias. Este es el caso de la mujer y su posición en elgremio. Para ello, la SEA cuenta con una comisión específica. En palabras de supresidente: “El papel de la mujer en laciencia ha estado siempre tachonado por el carácter machista de nuestrasociedad. Lo que intentamos es, mediante un observatorio, analizar en quésituaciones esta especie de acerbo cultural malévolo sigue infiltrándose ennuestras formas de comportamiento y de promoción e intentar corregirlo dentrode lo que podamos“. Asimismo, la divulgación protagoniza otro de loscombates. “La SEA está trabajando de unaforma muy concienzuda en ello. En cualquier ciencia es fundamental dar aconocer los resultados que tenemos a nuestras preguntas. Porque si tienes lasuerte de haber trabajado para dar respuesta, tienes la obligación decoparticipar dicha respuesta con quienes te están pagando el sueldo, que es lasociedad española, pues en la mayoría de los casos vivimos de los impuestos quepagan los españoles“, declara Alfaro.


Con todo, los astrónomos españoles siguen esforzándose poravanzar. Investigación, desarrollo e innovación son sus pistas en el camino;ése que recorren poco a poco, mucho más en tiempos de crisis. Al final lesaguarda la respuesta a la mayor pregunta existencial del ser humano: el origendel universo. Esta gran expectativa requiere no perder de vista lasposibilidades reales. Anhelando el cielo, pero con los pies en la tierra. Estaes la filosofía que marca su itinerario.

Laura Bellver

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