No todo debe ser correr en llano y contra el horizonte. Así lo demuestran los orientadores. Para muchos, quizá incluso para los aficionados a correr por las calles de la ciudad son unos desconocidos.
360gradospress se acerca a
la Orientación con dos jóvenes atletas de élite que saben lo que es correr
montaña a través con brújula en mano: Óscar Vila (Club Colivenco) y Manu Jurado
(Universidad Politécnica de Valencia). Precisamente, este último nos explica en
qué consiste una disciplina deportiva que es “una carrera en la que con un mapa
que te dan al inicio de la ruta y con una brújula has de ir encontrando y
pasando unos controles contrarreloj".
El espacio natural de este tipo de competición es el bosque aunque, como explican, también se recurre al entorno urbano. La disciplina nació en Escandinavia a finales del siglo XIX y se fue extendiendo a lo largo de los siguientes cien años por el resto del continente europeo. En España fue el sueco Martin Krounlund, profesor de esgrima en el INEF de Madrid, quien dio a conocerlo. En la actualidad, existe una Federación Española de Orientación (FEDO) y una multitud de clubs a lo largo del territorio español.
Existen competiciones
provinciales, autonómicas y estatales. Fuera de España, como en la mayoría de
los deportes, se disputan el europeo y el mundial. También se celebra la Copa
Ibérica, que enfrenta a España y Portugal, o la Copa Latina. Modalidades hay
varias, tanto individuales como por equipos. Se puede practicar a pie, en bici,
esquiando o participar en los raid
aventura (que incluyen incluso piragüismo). Aún así, España sigue lejos de
otros países, donde se retransmiten las carreras en televisión y la orientación
se enseña en las escuelas. Hay carreras que duran un cuarto de hora y otras que
llegan a la hora y media de desarrollo. Compiten desde categorías infantiles
hasta adultos con unas cuantas décadas a sus espaldas.
Con las manos llenas de “cosas”
Sorprende ver cómo los
protagonistas consultados por 360gradospress llevan las manos llenas de
material: la brújula, el mapa y un dispositivo rojo enganchado al dedo. Este
último es una pequeña pieza con un sistema electrónico con el que cada corredor
al llegar a un punto de control sella "vía" microchip con otro
dispositivo allí situado. También se utilizan cartulinas donde están
registradas las etapas, sobre todo en iniciación.
Al llegar a un punto determinado les taladran cada casilla. Respecto al mapa, en él hay que leer la ruta, que al inicio se desconoce totalmente. "Esto indica una vaguada, esto un campo de cultivo, una montaña, un camino, la altura del terreno...", explica Óscar con el mapa en la mano. "Cuando empiezas en esto paras más a leerlo e incluso miras la leyenda. Yo ahora lo hago todo más rápido, elimino enseguida elementos, es más mecánico”, argumenta. Por su parte, Manu apostilla que "en esto no siempre el camino más recto es el camino más rápido". Por eso es tan importante el potencial físico como la orientación. Las calzas deportivas también son imprescindibles. Dan fe de ello las piernas de Óscar y Manu, llenas de rasguños, heridas o golpes. Hay que rebosar matorrales o saltar desniveles. Aún así, subrayan que no es imprescindible, pues cada uno elige su camino.
“Tienes que ser autosuficiente”
Óscar empezó a interesarse
por la orientación cuando todavía cursaba primaria. Lo descubrió en las horas
de deporte de la escuela gracias a su profesor, quien hoy es su entrenador.
Manu, en cambio, primero empezó a practicar el fútbol y, tras dejarlo, recaló
en el mundo del atletismo. "Conocí a un chico que lo practicaba y tras
probarlo me enganché", recuerda. El entrenamiento que ellos llevan a cabo
es de cinco días a la semana (de lunes a viernes), que incluyen orientación en
una ruta preparada, carrera, resistencia y gimnasio. Para Manu, "lo más
difícil es el apoyo de las instituciones y lo más bonito es que conoces a mucha
gente de todas las edades y el entorno, en pleno bosque. Eres tú y el mapa".
Óscar indica que "lo más difícil, además del apoyo de las instituciones,
es compaginarlo con los estudios". "Para mí lo mejor es que tienes
que ser autosuficiente, nunca sabes en qué posición estás hasta que acabas. Hay
que aguantar y si fallas no venirte abajo".