Juguemos al fútbol gaélico

Aprovechamos la celebración del Mundial de fútbol para conocer una disciplina alejada de los flashes y de las vuvuzelas

J.V.P., Valencia. El deporte une culturas y en Valencia 360gradospress ha encontrado el nexo de unión entre el Mediterráneo e Irlanda: el fútbol gaélico. Es un deporte tradicional de las tierras del norte que desde hace dos años se practica de manera minoritaria en España. ¿Queréis conocerlo? En las siguientes líneas os damos unas pinceladas de esta disciplina que está a caballo entre el rugby y el balompié.

“El fútbol gaélico es un deporte muy dinámico en el que la pelota va de un sitio a otro con muchos saltos espectaculares en el aire, donde puedes ver grandes jugadas individuales”. Es lo que más destaca Javier Arbiol, jugador del Sant Vicent GAA Valencia, de una disciplina deportiva “made in Irlanda” que hace tres años desembarcó en Valencia de la mano de un grupo de ciudadanos de aquellas tierras del norte. Para entenderlo en pocas palabras el fútbol gaélico es un deporte tradicional a medio camino entre el fútbol y el rugby, pues parece algo así, como un eslabón perdido entre ambos deportes. Valga como ejemplo que la portería es como la del rugby en forma de H, pero con red en su parte inferior, a modo de la del fútbol europeo y se puede marcar tanto entre los dos mástiles superiores como en la portería.

Se cree que proviene del antiguo fútbol irlandés conocido como caid, que se remonta siglos atrás, aunque el juego actual establece sus bases en 1887. Como explica Arbiol, en Irlanda es un juego muy popular, cuyo estadio más importante es el Croke Park (Dublín), donde “en la final del Inter County se pueden juntar hasta 50.000 espectadores”. Aún así, quienes lo practican no son profesionales, y este deporte no cuenta con federación propia, sino que se enmarca dentro de una entidad que hace de paraguas de los juegos gaélicos, como el hurling (parecido al hockey).

“Los irlandeses cuando se establecen fuera de su país suelen llevarse consigo sus pubs y sus deportes autóctonos, y en el caso de Valencia así fue”, bromea Arbiol. La base del equipo está formado por gente de Irlanda, alumnos Erasmus, valencianos, pero también ingleses…Como cuenta Javier, él se puso a jugar al fútbol gaélico porque tiene un amigo irlandés “y siempre he jugado al fútbol (al europeo) y me comentó la posibilidad de entrenar y jugar con ellos”. Al respecto señala que “en el fútbol convencional juegas en una posición y si no te llega la pelota te toca esperar, mientras que en el gaélico hay mucho movimiento, se hacen muchos puntos, tienes que correr mucho, y se marca más al hombre que por zona”.

La Liga Ibérica
En España encontramos la Liga Ibérica, en la que participan además del San Vicent GAA, el Barcelona Gaels, Madrid Harps, Pamplona-Iruña GAA y desde este año dos equipos nuevos: uno, de Marbella; y, otro, de Sevilla. Además, como explica Javier, “existen otros campeonatos divididos por regiones en Europa. El quedar entre los dos primeros en tu campeonato regional te permite jugar los campeonatos en Europa, que se juegan a dos niveles. Por un lado está el Championship, lo que sería el equivalente de la Champions League y el Shield que sería el equivalente a la Europa League”. El San Vicent, que juega en la actualidad en el polideportivo de Puzol se llevó el torneo Shield en 2008 y quedó en quinta posición el año pasado.

Cómo se juega
El fútbol gaélico se juega en césped y la indumentaria es como la del fútbol, con botas de tacos, obviando las espinilleras, porque apenas hay contacto por bajo, y añadiendo guantes, para conseguir mayor adherencia a la hora de coger un balón en el aire. Respecto a la pelota, es muy similar a la del voleibol, pero más pesada que la del fútbol que se juega aquí. Los equipos son de 15 jugadores (uno de ellos es portero), aunque aquí se juega con 11, porque los campos son un poco más pequeños “y nos siempre es fácil conseguirlos”, dice Javier, y el movimiento en el campo es una mezcla de rugby, balonpié y balonmano.

En líneas generales, sin entrar en los detalles más técnicos, el jugador ha de llevar el balón en las manos, como en el rugby y no puede dar más de cuatro pasos sin botarlo o sin hacer soloing, es decir dejarla caer y antes de que toque el suelo chutarla contra uno mismo para volver a cogerlo. También a diferencia del rugby los jugadores sí pueden realizar pases hacia atrás. El pase a otro jugador se realiza con el pie o con la mano, golpeándolo como el volleyball. A diferencia del rugby, o de otro de sus “primos”, el fútbol australiano, el contacto físico es menor, con placajes menos agresivos (de hecho no se puede ni derribar ni estirar de la camiseta), ni hay tanta paralización del juego con melés.

Respecto a los tantos, pueden ser de dos tipos: en la portería inferior o en entre los dos palos de la H. En el caso de marcar arriba se otorga un punto y tres en la portería baja. Aún así, lo más habitual y a la vez espectacular es el tanto entre la H, con goles impresionante desde largas distancias que dice mucho de la puntería de los jugadores. Esto es así porque, como explica Javier Arbiol, es más complicado llegar hasta la portería inferior con tanto jugador contrario delante. De todos modos, las palabras sobran cuando se ve este juego en directo o en vídeos de Internet, en los que sin duda destacan los grandes lanzamientos desde largas distancias y la velocidad trepidante a la que se maneja el balón.

Antonio J. Merchán

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